domingo, 23 de febrero de 2020

¿CUENTO CUATRO?



Ahora que el nuevo Consejo de Ministros habla sobre las personas en su mayoría mujeres, que son las que se quedan en casa cuidando sin derechos, sin sueldo y poniendo su salud en riesgo sin tener reconocimiento ni familiar ni social, me viene a la memoria el recuerdo de una mujer como la que podemos conocer o conocemos cualquiera, normalmente más de una mujer.

Tiene sesenta años y lleva cuidando a los demás más de cuarenta años.  Es lo único que ha hecho.  Sin vacaciones, fines de semana, dinero, reconocimiento ni ahora que esta enferma, pensión. 

Ella no quería esa vida pero nadie le preguntó nadie le dio a elegir su destino, así es como han transcurrido cuarenta años, un poco más.

Es una mujer autodidacta, lo que sabe lo ha arañado al tiempo entre cuidados y demás.  Ahora su tiempo casi le pertenece pero ni la salud ni la pequeña pensión de incapacidad le permite hacer nada fuera de las cuatro paredes de su casa.

Siempre ha querido una vida diferente para las mujeres de su familia, una vida fuera de casa con su trabajo y que se quiten la culpa que las mujeres parece que nacemos con ella impresa y no es así.  Es la sociedad a la que le conviene que la tengamos y nos explota por y para ello.

Un trabajo y un sueldo es la principal medida para ser libre para decidir.  

No quiere decir que abandones a padres e hijos pero por ellos no renuncies a vivir tu vida.  Ellos se van y te quedas sola y sin recursos.

Ahora que ya sus mayores partieron y sus hijos son mayores, ahora que se enfrenta a las enfermedades degenerativas, ahora no tiene paga, ni ayudas, ni nada. 

Este caso sabemos que existe mucho más de lo que se nombra, no sé si lo solucionaran con una paga que nunca será suficiente. 

Como pagas una vida entera dedicada a los demás?