martes, 19 de octubre de 2021

PARA TI, SIN TI...

No hubiera querido escribir esta mi última entrada a este blog que tú me creaste y tantas alegrías y satisfaciones me dió. Durante el año de la pandemia no pude escribir, me centré en el miedo y la sensación de cuidarte y protegerte como una leona a sus cachorros, y no queriendo comprender que cada día era un día menos de vida, esa vida que se te escapaba y que tú con una entereza infinita aceptaste y nunca jamás te oí quejarte ni te ví llorar, y si alguna vez yo lloraba me decías que no lo hiciera, y con tus besos y abrazos mi llanto cesaba. lloraba en la noche, en silencio, escuchando la máquina de oxigeno que te ayudaba a respirar un poco mejor. Al final, en casa, cuando te puse la última inyección, y ya no podías hablar, señalaste tu hombro para que apoyara mi cabeza en él, y tú te dormiste, para no despertar, según los médicos y yo por puro agotamiento, y con nuestras manos unidas. Hubiera sido lo que ambos queriamos. No pudo ser y las casi últimas veinticuatro horas de tu vida fueron en el hospital, con tu hijo. Solo sé que tengo un mensaje tuyo: ISABEL, así con mayusculas, que me dijo su hijo lo escribió casi dormido y sin apenas ver, se iba con cada letra...quiero creer que en quién pensaste al irte fue en mí. Luego me han llegado mensajes y llamadas de las pocas, muy pocas personas con las que mantenias relación y a los pocos que les contaste tu situación, que estabas muy enamorado de mí, que te habías dado cuenta que era la mujer de tu vida, y que ambos nos amabamos. Siempre he creído que quién más y mejor te quiere es el que esta contigo al final, en lo duro, ese es el AMOR. Nuestra historia no fue nada fácil, pero a pesar de todo, TODO, SIEMPRE TE HE QUERIDO, SIEMPRE. He tenido que pagar y estoy pagando un alto precio por los pocos años de felicidad que tuve contigo, un precio que asumo y pago con gusto. No siento la soledad, siento tu ausencia, cada día, cada noche, cada comida, cada risa, cada lectura que te leía, cada conversación, cada momento me faltas y sé que el tiempo que me quede de vida, viviré con tu ausencia y eso me parte el alma. Fuiste mi amante, mi amigo, mi cuidador, mi pareja, cada uno con un genio muy fuerte y con un orgullo muy mal entendiddo... Los últimos años vividos en esta casa que tanto nos gustaba a los dos y con la compañia de tu chiquitina, Frida y mi nieta, descubrí otro hombre, tierno, amante de los niños con una paciencia infinita y siempre con ganas de entretener y jugar con ella a pesar de no encontrarte ya bien. Una pena que una enfermedad nos hiciera reconciliarnos de nuestras tonterias y hacer que ese amor que sentíamos se volviera tan fuerte que nada, ni siquiera la muerte acabara con él. Tu máxima preocupación era como sería mi vida sin tí, pero no por celos, era por tu ayuda y compañía. Sé que nunca volveré a amar, fuiste una oportunidad que la vida me regaló y cuando me decías que deberíamos esperar para evitar habladurias yo te decía que la vida era muy corta y no quería perder ni un segundo, no sabía que iba a ser mucho más corta de lo que podía pensar. Nunca sentí que hiciera nada malo, porque yo me fuí pero antes me dejaron. Así es mi historia antes de tí, y después de tí queda el vacio y la soledad. mi anhelo de tus abrazos, tu mano, tu voz, todo tú. No sé lo que la vida me traerá, ya sin tí, pero todo es diferente, sonrío, hablo... pero estoy vacía de tí, estoy herida y sangro sin que se vea mi sangre, mi dolor, mi llanto. Me devolviste la sonrisa, cuando te conocí pasaba una época muy mala y contigo me he reído como con nadie. Ambos con un humor ironico y muchas veces caústico. En mi último ingreso hospitalario, en el que tan mala estaba, volví a enamorarme de tí, o volví a verte de otra manera, el amor se trasforma, estabamos enfermos y ya era lo importante el estar al lado de tu amado, pasear o que trajeras la comida que me gustaba o ayudarme a bañarme, eso es íntimidad y amor, y nosotros lo tuvimos. Cuando me has acompañado a mis múltiples consultas médicas, largos tratamientos de horas en el Hospital de día, cuando volvíamos a casa y necesitaba tu brazos para acostarme y levantarme...cuando has sido mis manos, mis brazos, y jamás con una queja, al contrario, con una mirada cómplice. En tu enfermedad no me dejabas cuidarte porque pensabas más en mí que en tí, pero como no hacerlo, como no ir al hospital, mañana, tarde y pasar noches y madrugadas en urgencias a pesar de que no querías que estuviera en el hospital. Como no hacerlo si no quería dejarte ni un segundo, quería llenarme de tí igual que tu lo hiciste hasta el final, de mí. Este blog se cierra con esta entrada, no tengo tinta, me gustaba escribir y leerte lo que escribía. Pero ya no hay nadie que le interese lo que tenga que decir, tú siempre me escuchaste, es verdad y me animabas a seguir haciendolo, pero no, nada de lo que diga tiene ya interés para nadie. Gracias Antonio por crearme este espacio en el que he vertido tantas emociones. No perdáis el tiempo en tonterias y aprovechar la vida, que se va y no vuelve, nada, ni nadie. Y con los años vives con más ausencias, ya no tengo a nadie con quién recordar cosas pasadas, los jóvenes estan viviendo y haciendo sus recuerdos, pero los pasados ya no puedo compartirlos. No dejeís que nada ni nadie se interponga en vuestra historia, porque luego cada uno tiene la suya y tu tienes la tuya, mientras dura y cuando se acaba por la muerte es completamente devastador el tiempo de vivir sin tu compañero. Cuando me vaya, no quiero que quién me quiera sufra o llore, que piense que descansaré como me decía Antonio...dormiré y dejaré de sufrir. Me gustaria poder tener tu cara y tu voz llamandome. Y Vivir, mientras podáis VIVIR. Fuí afortunada ya que conocí el amor y me sentí especial para otra persona y eso es lo que importa, ser y sentir. Sólo mi amor te hizo perfecto u sólo en él permaneces así. ----------- Esta soledad tan mia que me circunda aún en medio del ruido de los que me acompañan. Ese llevarme a cuestas la casa mía donde encontrar cobijo y a tí en ella. ------------- HAY COSAS QUE SOLO A TI TE HE DICHO. Esa es mi forma de quererte. ------------ Todos los poemas son de Begoña Abad. POR ENCIMA DE TODO, YO TE HE AMADO A TI, TODO LO QUE ME PODIAS DAR Y CON O QUE NO. SOBRE TODO, CON LO QUE NO. Marilla Samper

domingo, 23 de febrero de 2020

¿CUENTO CUATRO?



Ahora que el nuevo Consejo de Ministros habla sobre las personas en su mayoría mujeres, que son las que se quedan en casa cuidando sin derechos, sin sueldo y poniendo su salud en riesgo sin tener reconocimiento ni familiar ni social, me viene a la memoria el recuerdo de una mujer como la que podemos conocer o conocemos cualquiera, normalmente más de una mujer.

Tiene sesenta años y lleva cuidando a los demás más de cuarenta años.  Es lo único que ha hecho.  Sin vacaciones, fines de semana, dinero, reconocimiento ni ahora que esta enferma, pensión. 

Ella no quería esa vida pero nadie le preguntó nadie le dio a elegir su destino, así es como han transcurrido cuarenta años, un poco más.

Es una mujer autodidacta, lo que sabe lo ha arañado al tiempo entre cuidados y demás.  Ahora su tiempo casi le pertenece pero ni la salud ni la pequeña pensión de incapacidad le permite hacer nada fuera de las cuatro paredes de su casa.

Siempre ha querido una vida diferente para las mujeres de su familia, una vida fuera de casa con su trabajo y que se quiten la culpa que las mujeres parece que nacemos con ella impresa y no es así.  Es la sociedad a la que le conviene que la tengamos y nos explota por y para ello.

Un trabajo y un sueldo es la principal medida para ser libre para decidir.  

No quiere decir que abandones a padres e hijos pero por ellos no renuncies a vivir tu vida.  Ellos se van y te quedas sola y sin recursos.

Ahora que ya sus mayores partieron y sus hijos son mayores, ahora que se enfrenta a las enfermedades degenerativas, ahora no tiene paga, ni ayudas, ni nada. 

Este caso sabemos que existe mucho más de lo que se nombra, no sé si lo solucionaran con una paga que nunca será suficiente. 

Como pagas una vida entera dedicada a los demás?


domingo, 8 de diciembre de 2019

LA PEREZA



Educada en un colegio de monjas, ahora ya mayor recuerda como las clases de la tarde dedicadas a las labores, la monja iba y venía revisando las puntadas y hablando de lo que tenían que hacer y pensar, ellas, niñas, para ser unas mujeres de bien. 

Recuerda cuando hablaban de los pecados...se quedaba con uno: la pereza.

La pereza era el mal de una mujer que siempre tenía que estar ociosa y llevar su casa y saber gobernar un hogar.

Ella pensaba que siempre estaba cansada pero no se refería a ese verbo; ella era una perezosa, como un insulto y una pecadora por no tener energía ni ganas para casi nada.

Han pasado más de cincuenta años y esa educación que tanto daño ha hecho a muchas mujeres, sigue pesándole, ese sentimiento tan terrible que es la culpa, como bien dijo Elena Poniatowska : "La culpa es la mejor arma de tortura contra las mujeres".

A pesar de leer autoras que le abrieron los ojos y le enseñaron otro modo de pensar y actuar, aún sin saber nada de lo que significaba la palabra "feminismo" ella fue aprendiendo a vivir de otra manera, con pequeñas luchas que eran un campo de batalla en el que se encontraba contra todo y todos, sola.

Ahora, los días en los que no hace nada, pero nada, se siente mal, recuerda la voz de la monja...salen las culpas, pero ya no tiene fuerzas para hacer casi nada y ve pasar los días mano sobre mano, y piensa que dirían las monjas si la vieran...ya no tiene casa que gobernar, ni gente a la que alimentar, ni trabajo fuera de casa, algo que también le enseñaron que no era bueno para una mujer, que el dinero lo traía el marido.  Ahora que ella ha comprendido que no es pereza lo que sentía y siente, es un cansancio infinito que tiene nombre, que ya estaba enferma cuando era una niña que arrastraba los pies y le reñían por ello, que no jugaba en el patio del recreo, que no era la niña perezosa que le decían, era la niña enferma y ahora es la mujer mayor que cada día puede hacer menos cosas, pero la culpa va de la mano del cansancio...que no de la pereza.

Aprendió que los príncipes no existen, que el amor no es para siempre, que un buen matrimonio puede ser la mayor y peor cárcel, que las palabras y gestos duelen y marcan para siempre, aprendió a quedarse sola y a quererse, pero también aprendió que todo tiene un precio y ella lo pagó, bien caro.  Y sigue en ello

La pereza no existe, el cansancio y la enfermedad van de la mano.  Recuerda los recreos sentada viendo jugar a las niñas y ella, la perezosa, sentada en un banco.  Se ve así misma como la denominaban las monjas, es una niña estudiosa pero muy perezosa...

Ahora es una mujer mayor y enferma arrastrando el cansancio desde que tiene recuerdos pero a pesar de todo hay días que no consigue quitarse el sentimiento de culpa: hoy no he hecho nada.  Cuando vivir luchando contra una enfermedad es ya un trabajo agotador.

La niña perezosa es la adulta, algunas veces en sus pensamientos se cruzan las monjas y la miran reprendiéndola y otros días, es ella, la mujer mayor que lo ha aprendido casi todo ella sola, equivocándose, cayéndose y levantándose.  Esa es la mujer en la que se ha convertido a pesar de tener más cosas en contra que a favor.

Vivan los días en los que no deja penetrar la culpa en sus sentimientos.




domingo, 20 de octubre de 2019

LAS DIFERENCIAS DE LA VIDA...




Ser una observadora de la vida, pasar muchas horas y días en casa, y mirar por una ventana te brinda la oportunidad de ver ciertos comportamientos de las personas.

Enfrente de mi casa, tengo dos pisos, uno lleno de jóvenes universitarios y a su lado, pared con pared, vive un anciano, solo.

Veo las diferencias horarias, la soledad de la persona que no sale a la calle y recibe no todos los días la compañía de una persona que le limpia.

Lo veo cerrar las ventanas muy pronto, excepto la de su sala que mantiene abierta toda la noche, se asoma...ve la calle, quizá mire las luces de enfrente, de otras ventanas y vea la vida de cada piso.

El otro piso es todo lo contrario, los jóvenes van y vienen, salen y entran amigos, casi todos los fines de semana tienen visita de otros jóvenes, vienen a traerles pizzas, se oye música, se ven las luces de las ventanas de todo el piso encendidas, es la juventud con su "disfrute" de la vida.

El anciano es el final de la vida, viendo como los días se alargan hasta confundir el día y la noche.

A veces pienso si oirá a sus vecinos, las risas, la música, la vida que se siente en esa casa igual a la suya, ahora tan vacía y si se acordará cuando en su casa había vida...Ahora sus hijos ya no viven allí, su mujer está en una residencia con esa enfermedad que deja sin recuerdos...y él con los noventa años cumplidos...que pensará? sentirá el pasar de los días...? deseará que la soledad acabe y descansar?

Mira por la ventana e imagino que ya ni a los vecinos conoce, menos a las gentes que ahora caminan por las aceras, sus vecinos ya no viven...o no están aquí.

Alguna noche coincidimos mirando de madrugada a la ventana pero creo que no me ve, yo quisiera que mi luz y mi ventana lo haga sentirse menos solo.

Y al igual que me alegra sentir la vida de un piso me duele sentir la sensación de la vejez y la dependencia junto con la soledad, del otro piso.

Seguro que los jóvenes no saben que viven al lado con un señor al final de su vida, quizá agradecería una visita, pero esos tiempos pasaron, los vecinos ya no se saludan ni en el portal.

Todas las mañanas veo sus ventanas abiertas y ventilando, invierno y verano, si se hace las nueve y no las sube, excepto la que siempre esta subida, me preocupo.  Y los otros, los jóvenes ni abren ni cierran ni ventilan ni nada...dos etapas de la vida...

Cada uno la vive como le corresponde...?


lunes, 5 de agosto de 2019

LOS LIBROS DE SEGUNDA MANO



Hace muchos años era una actividad, la de mirar, rebuscar y a veces comprar libros de segunda mano era algo para hacer los domingos antes del vermut.  Cuando aún no tenía ninguna responsabilidad familiar y disponía de mi tiempo, de esa época guardo revistas "femeninas" de los años treinta, libros de cuentos, alguno más, no me importaba que ya lo tuviera, si me gustaba la edición lo compraba, exactamente como ahora, de algunos libros tengo varios, iguales pero diferentes en portada y prólogo.

Ahora con las nuevas tecnologías han llegado a nuestras casas a través de la pantalla del ordenador, librerías y personas que venden libros y para mi es un placer zambullirme por un título o una edición determinada.

He encontrado algunos títulos muy preciados y que no se han vuelto a editar por lo que si no es así no los tendría en mis estantes.

Pero aún me he encontrado algo mucho más íntimo, a veces en las páginas de alguno de esos libros he encontrado, una flor seca, un billete, un vale de compra, una lista de cosas por hacer...o ya hechas, una cita, la entrada de cine, una declaración de amor, alguna de un amor que no podía ser...de un concierto,  cosas y palabras que me hacen sentir como una intrusa sin derecho a leer ciertas dedicatorias, o tocar la tinta que otras manos han escrito.

Libros de colegio con letra de niños y el curso que estaban haciendo en ese momento, libros subrayados, párrafos marcados con mucha intensidad, como si lo que leyeron otros ojos, les impresionó mucho.

Paso la mano por la tinta, alguna medio borrosa, las dedicatorias hechas con amor, pasión, amistad, lealtad, amor por los mismos libros, hay para todos los gustos, del amante, del marido, de una amiga.  Siento que estoy profanando un precioso momento, el de la mano que te entrega ese libro con parte de él...

En algunos casos también viene con la dedicatoria del autor a una persona anónima, en otros casos por lo que lees, era una persona importante para el escritor, a quién iban dirigidas esas palabras especiales y su firma.

En un lugar de mi ciudad, durante un tiempo me dediqué a buscar libros que tuvieran la dedicatoria del año en el que nacieron mis hijos, para regalárselos a ellos en su cumpleaños.

Tengo libros dedicados antes de la guerra, cuando los amantes, novios y esposos, temían no estar cerca de su amada, ya que tendrían que luchar, otros durante la guerra, de una novia que le envió a su novio, al frente un libro con los poemas de Walt Whitman, y pienso si ese soldado volvió a casa o volvió el libro con sus enseres...cada libro cuenta en esas dedicatorias una historia.

Tengo libros con "Ex libris" muy curiosos, bellos, con armas, con flores, que hablan un poco de quién los hizo hacer.

Tengo libros con fecha de compra y lugar, otros con fecha de terminación de la lectura, fechas, nombres que no corresponden al libro pero que "hablan" de quién antes que yo lo ha tenido en su vida y la importancia que le ha dado.

Entre mis libros tengo muchas dedicatorias de autores admirados y queridos por mí, también tengo fechas, lugares, citas, notas, letras, de otras personas que han escrito en ellos antes de regalármelos.  Cosas que para otros no tendrán importancia pero para mí la tiene, guardo pétalos de rosas del jardín de mi abuelo, de la rosaleda de mi colegio, de mi jardín.

Declaraciones de amistad y amor. 

Les digo a mis hijos que cuando no esté que por favor si van a regalar los libros, que los miren y rompan las palabras que me escribieron...y quiten las cosas que guardan entre sus páginas esos maravillosos compañeros que son los libros.

Pero luego pienso que igual siguen vivos en otras manos, otras personas que tendrán las mismas sensaciones que yo he tenido al encontrar esos "regalos" que no eran para mí.

Como no estaré no lo sabré, creo que no saldrán de la familia.  Es lo poco que les puedo dar, mis libros, mis gustos de lectora y las infinitas horas de compañía y felicidad que todos ellos me han regalado.

Quiero decir al final de este escrito que hay una dedicatoria que me "ha dolido" es un cuento de Celia, uno de los que me faltan de la colección...tantas mudanzas se pagan...

Es una letra de mujer, no muy buena en la que le felicitan por su cumple a su hija, y la firman con un beso, papá y amá.  Mucho dolor me ha dejado ese libro que ahora guardo en casa, no se puede saber que le pasaría a esa hija para ya convertida en adulta, dejar ese libro en un puesto para que otra persona encuentre el regalo de sus padres.  Es un libro para mi nieta, me gustaría explicarle la importancia de poner fecha, lugar, y cada libro que le regalen que lleve unas palabras de quién lo haga y lo guarde como lo que son: tesoros, dobles tesoros.

Ya lo dijo Virginia Woolf: "Los libros de segunda mano son libros salvajes, libros sin hogar: llegan en grandes bandadas y poseen el encanto que les falta a los domesticados volúmenes de la biblioteca".


viernes, 26 de julio de 2019

FACEBOOK




Hace unos días decidí dejar mi actividad en Facebook, no cerrar la cuenta pero no publicar nada privado, ni opiniones ni fotografías.


Estoy muy desencantada. 

Después de diez años en esa red que me atrajo desde el principio, las decepciones ganan a cinco, máximo seis personas que han llegado a mi vida, creo que para no irse, lástima que están lejos...


Hace un par de años que alguien me denunció por una de mis publicaciones y he estado dos años inmersa en un juicio, juicio que hace diez días he ganado!!!

Pero lo que me ha hecho sufrir, las noches sin dormir, mi ansiedad, los miedos, mis publicaciones puestas en un juzgado, eso, ni siquiera el ganar el juicio, me puede pagar lo que he penado, nunca olvidaré los malos días, años, que gente mal intencionada, envidiosa, mala,  la encuentras... y yo que soy una persona generosa, amable, cuidadosa con las creencias de cualquier manera de los demás, he sido nunca mejor dicho juzgada y afortunadamente eximida de los cargos que me culpaban.


Unido a la gran decepción que sufrí al ser insultada en mi muro por personas con las que mantenía una relación diaria de años, fue la gota que colmó el vaso de mi experiencia en Facebook.


Mi vista cada vez más limitada no ayuda a leer, mi tiempo, no es un problema porque tan apenas piso la calle y las horas del día y parte de la noche dan para mucho, pero estoy “escocida” “escarmentada” y muy desilusionada.


Sé que puedo perderme conocer a alguna persona, pero también se van a perder conocerme a mí...


Después de diez días sin publicar nada más que artículos compartidos, música y poco más, me he dado cuenta, esto es un experimento, que no importo a casi nadie, que son comentarios vacíos y que las personas no leen más de una línea...


Tres, cuatro personas, están todos los días detrás mis publicaciones, gracias, de corazón, gracias.


Las demás...nos iremos diluyendo en días...


Estoy en IG y sigo con mi Tintero, cuando puedo, cuando puedo escribir.


Decepción y toda la razón a las personas que me decían que me daba mucho... soy así y ni puedo ni quiero ser de otra manera.



Gracias a las personas que todos los días me enseñáis y a los que estamos en esta red para decir algo más que buenos días o guapa.


martes, 23 de julio de 2019

MUDANZA - HACE YA DOS AÑOS...








La mudanza me ha hecho sacar todo lo que tengo y lo que guardé con gran dolor cuando mis padres se fueron.

Ahora estoy haciendo un alto y he abierto las cajas donde guarde las fotografías.

Prácticamente las he mirado todas, hoy las lágrimas no me han impedido ver las caras sonrientes.

He hecho un recorrido por mi familia, mis abuelos, las tías y tíos, mi madre y mi padre desde niños hasta su boda. Su viaje de novios. Otras bodas, bautizos, comuniones, eran una gran familia que celebraban todo juntos.

Miro muchas caras y no las reconozco. Serán amigos o primos de mis padres. Quisiera poder preguntarles.

Veo fotografías en las que ya no viven ninguno de los que posan, muchos partieron jóvenes, guapos con una sonrisa congelada para siempre.

Las fotografías son instantes de vida.

Me recreo en las que están mis hijos de niños, con sus abuelos, los seis, están felices como nunca y me veo a mi mirando esa felicidad y no creyendo que pasaría...

Pero la vida es pasar...y poder vivirlo para contarlo a los que llegan y llegaran.








 Ultima fotografía, la última noche en casa, verano, calor, ventanas abiertas. Siempre la fascinación de ver y mirar a través de las ventanas...