No sé que pasa en estas fechas que
parece que hagamos un repaso de lo que ha sucedido en el año que
esta a punto de terminar y vemos lo que ha pasado, lo que no, lo que
esperábamos, lo que no ha sucedido, lo que sí, todo, con la ventaja
de que el tiempo nos permite “ver” lo pasado.
Nunca me hago propósitos de año
Nuevo, he aprendido a vivir al día, es lo que tenemos, no puedo
pensar en planificar nada y no lo hago.
Este año que esta a punto de acabar,
en el aspecto de los derechos que hemos perdido, ha sido desastroso.
No quiero citarlo, no es un discurso político, es un clamor popular,
que cada vez tenemos menos de todo y peor calidad de servicios
esenciales.
Los crónicos hemos sufrido lo
indecible, en mi caso, un inexistente control, que me ha llevado al
estado en el que me encuentro. Solo espero que a partir de ahora,
vean en el Servicio que no a todos los enfermos nos pueden ni nos
deben tratar igual que no es lo mismo Artrosis que Artritis y más
cosas que no debo de decirle al médico especialista, que se supone
que él las sabe, aunque en mi caso, hasta ahora, no lo ha cumplido,
pero él se exime de responsabilidad alegando que el sistema ha
cambiado...
Los hijos siguen sin trabajo,
manteniendo las esperanzas, porque si se quedan sin eso, perderán
todo. Siguen saliendo a la calle a reclamar lo que por derecho les
corresponde, no sabemos si en el próximo año nos meterán a alguno
de nuestros hijos en la cárcel por hacerlo, como ahora va a estar
prohibido casi todo...
Durante este año en mi querido patio,
sin el cual mi vida sería tan diferente, se ha ido gente, por
decisión propia, otra, la menos, porque lo he decidido yo, y he
encontrado a nuevas gentes de lugares diferentes que es de lo mejor
que me ha pasado en el año, gracias a todos vosotros por hacer mis
días mucho más llevaderos.
Un año esta a punto de irse y otro por
venir, con todo por vivir, espero y deseo que sea bueno para todos y
que podamos estar todos juntos en el próximo cierre de año, por los
menos los que ahora estamos.
En este año he comprendido el poco
valor que le dan muchas personas a la amistad, a los buenos gestos, a
la familia, y lo que les gusta y disfrutan con el mal de los demás.
Nunca tengo malos pensamientos hacia nadie, solo les recuerdo una
frase, que no siempre se cumple pero...”Recogerás lo que
siembres...”
Con mis mejores deseos para todos los
que hacéis el camino conmigo, os deseo un FELIZ AÑO 2014. Y para
los otros, también. Vivir amargados y con resentimiento no es
bueno, yo vivo enferma, ya tengo bastante no quiero llevar más
carga, por lo cual solo quiero buenos deseos para todos, para los que
lo merecéis y para los que hacéis un daño gratuito irreparable.
Es así de claro, no me gustan las
Navidades, cualquier otra fiesta del año me da más o menos igual,
excepto los cumpleaños que siempre son fechas que me gusta celebrar
por lo que significan, un año más junto a los que queremos.
No me gusta divertirme por decreto. No
soporto las películas maravillosas que reúnen a familias que se
adoran y solo quieren estar juntos en Navidad.
A mi me gustaban las navidades cuando
era pequeña, cuando jugaba con mis primos mientras los mayores
preparaban las cenas y comidas, y luego cantábamos y acabamos
dormidos en los brazos de tu madre o tu padre o dejado con suavidad
en alguna cama, hasta la hora de irnos a casa.
Pero luego al crecer y dejar de
reunirnos porque la Vida te va separando, y pasan las fechas tan
supuestamente familiares y ni siquiera una llamada de teléfono se
produce y si lo hace, es pura cortesía...no vale.
Luego al ser yo madre, volví a
reencontrarme con la Navidad, por los niños, llevarlos al Belén,
ver las luces, comer y cenar con los abuelos, vivir a través de sus
ojos, la ilusión de sacar los adornos de navidad e ir colocando las
figuras del Belén, los adornos del árbol, las luces en las
ventanas, todo lo que lleva el teatro que hacemos los mayores para
que los niños crean en la magia de la navidad. No sé si hacemos
bien, porque luego al crecer, se encuentran con la realidad, pero por
lo menos les hemos regalado unos días de fantasía, qué tiempo
tendrán de crecer y ver la realidad.
Ahora la mayor realidad es que cada vez
hay más padres separados, los hijos, comen con uno o cenan con otro,
eso, si te llevas medianamente bien, y no le pones al otr@ una
denuncia para fastidiar, que también se hace.
Familias que no se hablan, algunos,
muchos por malos entendidos y por tonterías, que todos los días del
año duelen sus ausencias, pero estos días, por todo lo que vemos
alrededor, duelen un poco más. Y piensas otro año perdido...otro
año sin ellos.
Y debemos pensar que mientras hay vida
hay esperanza de recuperar a la familia, porque luego, ya, todo se
acabó, solo te quedará pensar en si hubieses actuado de otra forma,
pero ya será tarde.
La mayoría de los chicos al crecer,
cenan y salen deprisa con sus amigos, ha seguir la fiesta fuera de
casa, no digo que este ni bien ni mal, pero sentarse en el sofá a
ver una película, pues ya lo hacen algún fin de semana, en navidad
tienen planes mejores.
La nochevieja, ni te cuento, ya no ves
a nadie, todos de fiesta y el día de Año nuevo, todos durmiendo, se
levantan a las siete de la tarde con una cara horrorosa y peor genio.
Con ese panorama no quedan muchas ganas de celebrar nada.
Cada vez hay más gente que escucho que
no le gusta la Navidad.
No hablo de nada referente a la parte
religiosa, con la que soy tremendamente respetuosa.
Estoy en contra de gastos, compras,
anuncios, música atronadora de villancicos cuando entras a comprar,
incluso el pan, desde hace casi dos meses, al final van a poner las
luces y la música en agosto.
La crisis empuja a pensar si tienes dos
dedos de frente, en las miles de familias, en las que no tendrán ni
cenas ni comidas especiales, y sobre todo lo que más me duele, un
regalo para sus hijos, cuando vean a muchos otros niños con sus
nuevos juguetes o lo cuenten en el colegio, es muy cruel,
terriblemente cruel, estas fiestas convertidas en un carrusel de
gastos y celebraciones.
Espero que cada uno las disfrute como
mejor quiera o pueda. En mi caso, mis hijos cenaran con nosotros,
echaremos en falta a quienes no están, mi querido padre que vivía
estas fiestas, siempre, con la ilusión de un niño, le encantaba
cualquier motivo para sentarnos a la mesa y cantar.
El año pasado con lagrimas en los ojos
cantamos unas rancheras pensando en él, porque él no querría que
dejáramos de cantar.
Cuando empecé este blog, gracias a
Antonio, nunca pensé que sería leído por nadie y mucho menos, los
comentarios que ha suscitado.
Para mi, son entradas desde el corazón,
tal y como me salen, sin añadir ni quitar una coma.
Este blog es una de las alegrías de mi
vida, algunos de vosotros me comentáis que sé trasmitir, me
enorgullece, ya que desde pequeña he escrito y nunca nadie había
leído nada mio.
Hacer lo que hago en alguna entrada, es
duro, fuerte, me “desnudo” ante el que me lee, pero vale la pena,
cuando recibo mensajes de personas que me dan las gracias por poner
voz a lo que ellos sienten y o no se atreven a decir o no quieren o
no saben.
Las entradas sobre las enfermedades, no
son para llamar la atención o dar pena, nada más lejos de mi
intención. Un día decidí dejar de mentir, de fingir que estaba
bien y me llamé: enferma y puse voz sobre todo a la enfermedad que
padezco que evidentemente es la que más conozco, pero me hablan
muchas personas de muchos lugares del Mundo, con otro tipo de
enfermedad y me dicen que les gusta como escribo, no hay mayor
orgullo para mí. Por eso y por todo, muchas gracias, a todos.
Sinceramente, ver que tengo más de
10.000, visitas, es extraordinario.
Os doy las gracias, mil gracias por
leer el Tintero y por hacer que mis escritos lleguen a donde nunca
hubiera imaginado que llegarían.
Entro en la consulta de la medico de
cabecera y me dice: mal, muy mal, ¿Que te digo lo primero?. Le
contesto, que primero me diga lo que es peor...
Después de tres meses sometiéndome
semanalmente a una dosis de quimioterapia, que tiene otro nombre,
para que mis articulaciones, un pulmón y el corazón se desinflamen,
estoy peor que cuando empecé el tratamiento.
He he estado tres meses con unos
efectos terribles en mi cuerpo, ya no solo físicos, engordar, caerse
el pelo, que también, si no, otros mucho, mucho más graves, no ha
servido de nada, excepto para sentir otra decepción, y van...
No sé si es porque ha cambiado el
departamento de Reumatología del Hospital Clínico de Zaragoza, no
sé si es porque el Reumatólogo que me “ha tocado” no le da
tiempo de leer mi historial clínico que es muy grande, no sé el
porque, es la crisis, es que no es buen médico, no lo sé. Solo sé
que pasado un año sin visitarme tuve que ir y presentarme en el
departamento sin cita y tener que gritar, yo no, no podía. Luego
todo fueron corridas, pruebas, y una medicación que ya le dije que
hacía nueve años no me había ido bien. Hizo oídos sordos, un
médico que no escucha a su paciente no es un buen médico, el puede
saber mucho, pero si yo no le digo como me siento, como estoy, de
poco le vale lo que ha aprendido sobre los libros.
Tenía que hacerme las pruebas
mensualmente durante los seis primeros meses, me dijo que me las
haría en tres meses, mentira, nos vamos a cinco meses, sin pasar por
Reumatología.
Como mi medico de cabecera se preocupa
mucho por mí, porque sabe que no estoy bien, que estoy mucho peor de
lo que creo, me hace controles cada mes, por su cuenta, porque nadie
se lo ha mandado, pero no puede hacerme todas las pruebas ya que solo
se pueden solicitar a través de un especialista.
Ahora tengo que decidir yo sola, dejar
la medicación que llevo hace tres meses y me quedo en un vacío de
medicamentos como estaba antes...Mi medico me dice que ella no puede
retirarme la medicación que me receta un especialista. Es mi
decisión solo mía, pero ¿Y la responsabilidad del médico que me
la recetó? Donde empieza y donde acaba...es un misterio, solo sé
que soy yo quién sufro las consecuencias.
Conclusión: llamo al departamento de
reumatología, le digo a la administrativa que necesito hablar con el
doctor que me lleva y me responde: que si se dedicara a atender al
teléfono no podría atender a los pacientes que SI están citados y
esperan en la sala. Hasta aquí, vale, puede ser, porque a mi en más
de veinte años en ese servicio, siempre me han atendido, porque
cuando he llamado es que estoy MUY mal. Le digo a la señorita que
le pase el recado al Doctor, no me dice ni que sí ni que no y me
cuelga, debía de tener mucho trabajo...
En enero, a más de la mitad de mes,
tengo cita, no tengo confianza en ese médico, que hago, ¿solicito
uno nuevo? ¿Pongo otra reclamación?
Me siento mal, por mi enfermedad y por
la desidia de los responsables de cuidar de mi salud, no sé de quién
es la culpa, solo sé que soy el resultado de un trabajo mal hecho.
Ausencias, sí. Desde que vivo en
Zaragoza, pronto hace dos años, uno de mis pasatiempos es mirar a
través de las ventanas del piso, no es alcahuetear, es observar, ver
a la gente, a veces sentirme acompañada y a veces muchas, dejar
soñar mi imaginación e imaginar la vida que llevan a través de las
ventanas.
Desde que llegué aquí, he tenido una
compañía en mis noches en blanco, a la hora que te asomaras a la
ventana, enfrente tenías una luz encendida y un hombre sentado en un
sillón, leyendo, siempre lo he visto solo, y me sentía más
acompañada, a veces pensaba, hoy tenemos los dos una mala noche o
una buena...a lo mejor esta tan absorto en la lectura, que si es como
mi caso, que no trabaja, ¿Porque dejarlo?, ya dormirá cuando tenga
sueño.
Desde hace dos meses esa luz se ha
apagado, la busco, la observo, pero las ventanas están completamente
bajadas. Al principio pensé que dormía mejor...luego empecé a
echarlo de menos durante el día, no subían las persianas...pensé
que como casi todo el mundo tiene un pueblo, que se había ido al
pueblo, lo espero con ansiedad cuando me asomo por la noche, pero no,
no vuelve, ahora esta acabando el puente y su luz sigue apagada y las
persianas cerradas.
No quiero imaginar nada, quizá se ha
ido del piso, pero nunca sabrá lo que lo extraño en mis noches en
blanco, cuando voy y vengo, me asomo y miro y lo veía leyendo,
tranquilamente, ahora mis ojos se van a esa ventana y no me devuelven
nada, solo oscuridad.
Otra ventana que me atrae es una en la
que todo el día estaba una señora, mayor, sentada en su mesa
camilla con faldas rosas, nunca la he visto levantada, siempre
sentada, pero muy de mañana ya estaba en la ventana viendo pasar la
vida, la gente, mirando a las otras ventanas, siempre con la prensa
en la mesa y un libro, hasta que la noche llegaba y sin darme cuenta
las persianas ya estaban bajadas.
Este verano, la eché de menos, pensé
lo mismo que en el otro caso, que se había ido de vacaciones, pero
el verano pasó y ella no ha vuelto, estamos a punto de llegar al
invierno, y no se han vuelto a subir las persianas.
Tampoco quiero pensar lo que le ha
pasado. Me niego.
Debo decir que paso mucho tiempo en
casa, a veces días, y uno de mis pasatiempos es asomarme a la
ventanas. Estas dos ventanas me hacían compañía, la del hombre,
en la noche y la señora todo el día, fueras a la hora que fueras,
siempre estaban allí.
Una de mis películas favoritas es “La
ventana indiscreta” de Alfred Hictchcock, de 1954, con la
diferencia de que lo que escribo y siento no es cine, es verdad, y
siento una soledad extraña cuando esas dos ventanas, siguen sin luz.
Debo decir que no empleo prismáticos.
Alfred Hitchcock dijo una vez: «Si
usted no experimenta un delicioso terror cuando vea La ventana
indiscreta, entonces pellízquese... Posiblemente esté muerto.»
«La ventana indiscreta» era una de las
películas favoritas de Hitchcock.
El argumento es
muy sencillo: Un hombre inmovilizado (James Stewart) observa a sus
vecinos a través de la ventana de atrás de su apartamento para
pasar el tiempo. Se siente fascinado por uno de
los departamentos en especial, hasta que
lentamente se da cuenta que su propietario ha matado a su mujer. Lo
que sigue es cómo el protagonista convence a los demás inquilinos
de que ha habido un asesinato, y luego hacer que el asesino sea
atrapado, pero no antes de que éste trate de matar otra vez. Sin
embargo, en manos de «El maestro», una simple línea argumental se
convierte en un cuento humorístico y macabro capaz de jugar con las
emociones del espectador con sólo un movimiento de cámara.
Hitchcock
ha sido siempre un «voyeur», su cámara una tlsgana (los ojos del
público). Con «La ventana indiscreta» explota una debilidad
nuestra, que es enterarnos de lo que hace el vecino...
Para el director representó la
extraordinaria oportunidad de tener todo un film visto desde el punto
de vista de un personaje y que abarcase un solo y gran plató. En
cuanto al público, le dio la oportunidad de hacer algo que muchos
habrían querido: Ser los «voyeurs» y espías de sus vecinos.
De muchas cosas y muchos comentarios,
pero hay unos en especial que me resultan insoportables, los
estereotipos no responden al tipo medio pero hay uno que quiero
reivindicar en este mi pequeño espacio que es mi blog.
Es el de que las mujeres al separarse
le quitan a su ex, TODO, lo dejan sin nada incluso sin los
hijos...habrá de todo desde luego, pero creo que llevamos la fama
todas las que hemos pasado por un divorcio y eso no esta bien.
Uno de los éxitos, creo, de Belén
Esteban, es que muchas mujeres se identifican con ella, la forma que
salió de la casa del padre de su hija, esas bolsas de basura, con
sus ropas, la de la madre y la hija, amontonadas en el portal de la
casa de sus padres, volver al barrio, dormir en un sofá, sin querer
sacarle al torero, nada, más que lo que consideraba que tenía que
pagarle por su hija, pero con todo que es un personaje que a mi no me
gusta, por la explotación que ha hecho de su vida, no la critico,
porque si a otras nos hubieran dado un medio quizá habríamos
denunciado hechos vergonzosos de los padres de nuestros hijos.
Admiro que dice que no ha tocado nada del dinero del padre de su hija
que todo lo guarda para ella. Otras no han podido, lo han necesitado
para comer, para pagar medicaciones, para vivir.
Conozco un caso muy claro, de mi amiga
María, hay muchas mujeres que se han sentido maltratadas en su vida
matrimonial y a la hora de un divorcio, por unos jueces que no han
velado por lo mejor para los menores, si no que se han dejado
manipular por un buen y (caro) abogado ante uno de justicia gratuita
que defendía a la madre...
Lo que es una vergüenza, es que un
hombre, con una gran nómina, con un puesto fijo, se fuera de casa
pasando a su ex sin trabajo y a una hija menor de edad, con la
cantidad fijada por una jueza, que no les permitía pagar ni la luz
de una gran casa que era la que vivían la madre y la hija, casa que
tuvieron que tener dos inviernos sin calefacción porque no podían
encenderla, no le importó a ese padre que su hija pasara frío, que
tuviera que hacer los deberes con guantes de lana.
La madre, como todas, se sacrificó
hasta lo indecible, para que su hija saliera y tuviera para tomarse
algo con las amigas, y cuando un problema médico que le costaba la
medicación lo que el padre le pasaba para un mes, le pidió a él
para su hija, y le dijo que NO, que ya le pagaba lo estipulado.
Dos veces le dijo que NO, las dos
veces, esa madre pidió para esa hija común, y las dos veces el
padre se negó, la segunda vez fue para pagar los libros del colegio.
Gracias a que entonces los bancos daban
créditos a cualquiera, pero había que pagarlos. Esa madre,
acostumbrada a tener suficiente para tener cubiertos todos los gastos
y más, se vio sin apenas nada...fue a los Servicios Sociales y le
ayudaron con 111, 18 Euros mensuales, para ayuda para su hija. Una
persona le preguntó si no le había dado vergüenza ir a pedir, y
más en un pueblo donde todos se conocían, y ella con esa dignidad
que caracteriza a las personas que tienen la razón, dijo que no, que
le vergüenza la tenía que sentir el padre de su hija, que teniendo
la hacia pasar penurias, por hacerle daño a la madre, no dudó en
hacérselo a su propia hija. ¿Qué nombre tiene eso? MEZQUIDAD.
Ella no encontró trabajo, en nada, las
que ella creía amigas, con poder económico, con tiendas, con
farmacias, no le dieron trabajo...una cosa es tener relación y otra
dar trabajo, esta mujer lo entendió así, y no les guarda rencor.
Es la persona mejor que conozco, no les
desea nada malo a quiénes la ignoraron e incluso humillaron, ella
hizo todo lo posible para que su hija no se sintiera diferente.
Nunca le hablo mal del padre, nunca le
dijo que no tenía dinero para gasolina para llevarla al colegio,
nunca le dijo que no quedaba nada en la despensa, excepto patatas y
huevos.
Y la hija no sabía que esa madre no
dormía pensando que parte de lo poco que le pasaba su padre se iba
para pagar el préstamo del banco...
Años duros, muy duros, hasta que su
hija creció y comprendió y preguntó...nunca le ha dicho la madre
todo, NUNCA.
Pero esa mujer tiene muchos recuerdos
amargos que le queman, como cuando el padre de su hija le dejó en el
patio de su casa, la ropa en bolsas de basura, de otra casa que
tenían.
No ha sido un buen marido, ni un buen
padre, ni una buena persona, una persona de bien, le dice a la madre
de su hija, que vaya a esa casa y que se lleve los recuerdos que
tiene allí, que son muchos, de familia, de regalos, le llevó la
ropa pero nada más, todo lo que hay allí le corresponde a ella, la
mitad, nunca se lo ha reclamado.
Nunca le ha pedido nada para ella a su
ex, ha vendido todas las joyas que tenía, eran bastantes, y le han
permitido ir tirando...
Por eso creo que el personaje de Belén
Esteban, lleva a muchas mujeres detrás, es como si todas las mujeres
que no han sido tratadas justamente, llevan un trozo de la voz de
Belén, se sienten como si ellas hablaran a través de su voz.
El día que vi las bolsas de basura en
casa de esa mujer, recordé a la del barrio de San Blas, desde ese
día he admirado a esa mujer, que ha pesar de todo siempre tiene una
sonrisa.
Y habla con el padre de su hija, y se
niega a pedirle nada de lo que él tiene de ella, total, todo es
material y ella tiene lo mejor, la DIGNIDAD y el VALOR que a ese
hombre le han faltado, solo ha tenido valor para maltratarla a ella y
la dignidad no sabe ni lo que significa, aunque haya ido a la
Universidad.
Ella muchas veces se ha preguntado si
dormirá bien el padre de su hija, creé que sí, él es así.
Dicen que la venganza es un plato que
se sirve frío, han pasado muchos años, pero tengo la seguridad de
que esa mujer no se vengará del hombre que tanto daño le ha
causado, lleva las heridas muy marcadas y no quiere que se le abran.
Y como me caliento mucho con estas
injusticias, aquí termino esta entrada, pensando en las muchas
mujeres que después de un divorcio se quedan con menos de lo que les
corresponde, con mucho menos, excepto con la verdad, que siempre será
suya y espero que con el amor de esos hijos por lo que ellas han dado
todo.
En días pasados, la comisión que
salió elegida para buscar a un nuevo portero de mi comunidad que tiene unos trescientos propietarios, nos
reunimos, para hacer una entrevista a once candidatos.
Once historias, once ganas enormes,
once necesidades. Oímos contar en el poco tiempo que se les dedicó
a cada uno, un poco de su historia, vimos su curriculum, y poco más.
Conforme pasaban los candidatos, me
encontraba peor, teníamos el destino profesional y la vida familiar
de once personas, quizá alguna o más de una, no tendrá otra
oportunidad en los tiempos que corren...
Ninguno de ellos preguntó cuando se
ganaba...lo importante era conseguir un puesto fijo.
Al final, cuando los candidatos se
habían ido, llego la decisión...de siete personas que habíamos
sido elegidas y el Administrador, solo dos tomamos notas...los demás
no se acordaban si les gustaba el candidato número uno o siete...así
no se pueden ni se deben hacer las cosas.
Luego, tras deliberar, no mucho,
elegimos a cuatro, teníamos que presentar a la Junta general tres,
así que uno menos...
Y de pronto, alguien dice: no lo
llevamos a la Junta General, lo elegimos nosotros...el administrador
dice: para mí, mejor, menos trabajo, cuando él cobra aparte por las
reuniones, incluso el recibo de aparcamiento...y yo soy la única que
digo que no, que no podemos, que hemos sido elegidos SOLO para la
selección, ni caso, dos personas mayores, dos chicos jóvenes, dos
hombres de mediana edad no querían “perder” el tiempo en una
nueva reunión. Insisto, me quedo sola, ganan ellos.
Entre dos candidatos, se vota a mano
alzada y hay empate ya que uno se abstiene y el Presidente no quiere
ejercer su derecho a votar por segunda vez.
El administrador, dice, pues
este!!!!!El que él quería desde el principio, porque yo como una
espectadora me daba cuenta que va manipulando a los demás hasta
llegar al candidato que él quería.
Por tres veces hice constar mi
desacuerdo con las formas, incluso dije que si me hubieran dicho que
tendría la responsabilidad de elegir a un trabajador para la
comunidad habría rechazado el ser seleccionada.
Volví a casa con su sabor amargo, no
dormí bien, demasiada responsabilidad, que tenía que ser repartida
entre todos los propietarios.
A la mañana siguiente le pongo un
correo al administrador, explicando punto por punto porque esa
selección no es válida y luego lo llamo por teléfono.
Me dice que lo ha llamado el Presidente
y ahora quería hacer valer su derecho al segundo voto, y le ha dicho
que ya no puede ser, que vamos a ir a lo que le había dicho desde el
principio el día anterior: reunión de la junta general de
propietarios.
Os parecerá una tontería pero me
quedé mucho mejor, más tranquila, como con el deber bien hecho.
Que decidan todos a quién quieren de los dos candidatos, las
condiciones, todo.
Me dí cuenta de lo poco que nos
importa, casi nada de los demás, no sé si tendrán muchos
quehaceres, pero la responsabilidad es lo primero. Parece ser que no
es así.
Me he dado cuenta que tampoco me
gustaría trabajar haciendo entrevistas de trabajo, me duelen las
historias, veía los nervios en las manos, la angustia en los ojos,
la necesidad de un trabajo, y saber que todo depende de ti, no, no
querría esa responsabilidad, me afectan mucho los problemas de los
demás, voy más allá de la breve entrevista, pensaba en las
familias, en la necesidad, en la edad de algunos candidatos, en qué
quizá sería su última entrevista, porque por la edad, ya no los
van a llamar a trabajar...Una pena en estos tiempos tan malos que
estamos viviendo.
Una persona será feliz, una familia
será la afortunada de tener un trabajo fijo, nada cansado no mal
pagado, y sobre todo, la seguridad de cobrar todos los meses. A
primeros de mes, recibieran el mejor de los regalos en estos tiempos:
un trabajo fijo. Enhorabuena al elegido!!!!
Mis paseos son alrededor de unos bancos,
me marcan los tiempos, antes de salir de casa, trazo el camino a
empezar, según los bancos, si los hay voy, si no, no, necesito
sentarme tanto o más que andar, por eso me conozco los bancos de las
calles que recorro y en las que no hay, hace meses que no las piso...
Cuando me siento, suelo elegir los que
no hay nadie, pero a veces no es posible, o enseguida se sientan, y
la gente tenemos unas grandes ganas de comunicarnos, de hablar, con
extraños, quizá es más fácil que con los cercanos o quizá los
cercanos no los escuchan, que puede ser...
Lo primero que me preguntan, todos, sin
distinción de sexo... es, que me pasa...que soy muy joven y que qué
coja voy, todos deducen que tengo la rodilla mal, y yo no los saco
del error. Asiento y digo que sí, que tengo mal la rodilla, luego
me preguntan si me van a operar y sin esperar la respuesta me dicen:
pues ahora con los recortes, ya veremos, porque tal y cual. Luego
sigue una conversación que suele ser un monologo sobre sus diversos
problemas de huesos, operaciones suyas y de conocidos y de
dolores...vamos lo mejor para alguien como yo. Pero son las
conversaciones de los bancos. Tengo que decir que suele ser gente
mayor, la gente joven o la de mediana edad...no se sientan, en eso
también soy diferente...vamos que de un retazo de conversación me
han diagnosticado, y me ponen en lista de espera para operarme la
rodilla. No esta mal.
Escucho, me gusta escuchar, con los
años he pensado que si hubiera sido una buena psicóloga, porque le
gente se abre conmigo, me cuenta cosas, sin preguntar, me gusta
escuchar y mirar a la gente a los ojos, incluso cuando no los
conozco, a muchos de ellos de vista, algunos nos saludamos al
cruzarnos, pero la mayoría desaparece de nuestros paseos y
conversaciones...triste pero real.
El otro día fue diferente, me senté
junto a una mujer un poco mayor que yo, enseguida llegó la consabida
pregunta, qué que me pasa, y tal...no doy explicaciones, digo que
tengo mal la rodilla, al final me podré curar y quedarme “solo”
con la rodilla mala, tanto decirlo...Y luego empezó a decirme que
llevaba más de treinta años viviendo fuera de Zaragoza, por el
trabajo de su marido pero que ahora ya jubilado habían vuelto, y no
se encontraba...había echado tanto de menos la ciudad y ahora se
sentía una extraña.
Me sentí identificada con ella, la
mujer siguió contándome que aquí se encontraba sola, que la gente
va a lo suyo, que no tiene amigas, que en el pueblo tenía su
cuadrilla y que cada día de la semana tenía una actividad y aquí
las horas pasaban muy despacio, sus hijas se habían ido de casa, y
ahora esperaba a su padre, al cual tenía durante ocho meses y su
hermano cuatro.
Cosa rara en mí, le he dicho que mi
situación es muy parecida, y que es verdad, que a mi me pasó igual,
que volví con una ilusión desmedida por recobrar algo que ya se fue
y que nunca volverá.
Le pregunté que si le gustaba leer,
que tenemos en el barrio una biblioteca y un club de lectura, no le
dije, que yo he tenido que dejar de ir...también le he hablado de
las clases de Tai-Chi, a las que no puedo ya asistir. Parece que le
ha gustado lo del club de lectura. Me ha preguntado si yo iba y le
he dicho que no puedo, sin entrar en detalles.
Le he dicho que si le gustaba Internet,
y parece que le he nombrado algún plato de comida china, dice que su
marido, si, que se queda hasta las tantas viendo películas...me he
imaginado que películas, que mala soy!!!!
Seguimos hablando, me sentí muy
cercana a ella, ambas estamos solas en una gran ciudad, los amigos ya
no están, hacer nuevos es muy difícil, y la soledad pesa, ella me
decía que se lleva bien con su marido, pero echaba de menos una
charrada entre amigas, risas...estuve a punto de quedar con ella,
para vernos, pero luego me dí cuenta que no puedo hacer planes...le
dije que suelo pasear por el paseo, que cuando nos veamos, hablamos,
me sonrió y miró el reloj, tenía que irse, su marido la estaba
esperando en algún sitio en el que habían quedado.
Volví a casa pensando en ella y en mí.
Casi dos años en mi querida Zaragoza, tantas cosas que quería
hacer tantos planes, tantas cosas pendientes durante estos años,
tanta gente que no veía, y todo se ha quedado en casi nada...
Es verdad que mi estado de salud me
permite pocas licencias, pero esto es otra cosa. La soledad que se
siente en una ciudad es grande, cerramos la puerta de casa, echamos
los cerrojos, miramos por la ventana, vemos pasar a la gente,
observamos las luces de las casas, es un ejercicio que me gusta sobre
todo en mis noches en blanco, hay alguna ventana donde la luz no se
apaga en toda la noche...me siento acompañada de una forma extraña,
me gustaría saber que siente esa persona en esas noches que tan
largas se hacen...pero eso queda para la imaginación.
Agradecer una vez más a mi querido
patio por la compañía que me hacéis, y por hacer mis días menos
solitarios y más llevaderos, sin vosotros y sin mis libros, todo
sería mucho más duro.
Tan duro como lo que me había contado
esa señora que había vuelto a su querida ciudad con tantas
ilusiones como las que yo traía conmigo.
Al hilo de un artículo de Elvira
Lindo, que pongo debajo de este texto, he pensado mucho en él.
Hace años que no voy a casas donde hay
niños, pero en el tiempo en el que El Zaguán, estuvo abierto, me vi
en varias situaciones “comprometidas” por el mal comportamiento
de los hijos y las risas y contemplaciones de los padres...
También una pareja que nos visitaba
con cierta frecuencia, si hubiera sabido que preferíamos que no
entraran en el local, no se lo hubieran creído, dos gemelas, 4 años,
chillando, gritando, maleducadas hasta decir basta, con un padre que
las cría, por no tener trabajo, pero que no las educa, no sé si es
porque él no tiene educación, y una madre que se siente culpable de
no verlas y cuando esta con ellas, son el Universo, esas niñas
valían para un estudio de como no deben de ser los niños.
Ahora puedo hablar, dirán algunos,
porque tengo mis hijos mayores, pero una cosa es cierta, mis hijos se
han comportado siempre bien, en público, quizá solos en casa, uno
se relaja, pero jamás me han avergonzado, siempre les decía si me
llaman del colegio por malas notas, habrá que esforzarse mucho más,
pero si me llaman por mal comportamiento, va a ser tal la vergüenza
que me vais hacer pasar que no sé como voy a reaccionar, sentiré
que mi confianza en vosotros a desaparecido, dejaré de defenderos,
como así ocurrió, que tuve de defender a mi hija de un profesor que
no hizo bien su trabajo. Pero siempre con la verdad y con la razón
y con testigos de que mi hija nunca y digo nunca le dijo nada,
siendo que bien podía haberlo hecho porque ya era mayor, pero le
dije: a ese profesor, le voy a decir YO delante del claustro lo que
le tengo que decir, para que a ti no se te ocurra decirle nada.
Hay situaciones en la vida con niños
en los que nosotros como padres sabemos donde podemos ir, he dejado
de entrar a restaurantes porque eran demasiado “serios” para ir
con niños, he acudido a exposiciones de cuadros desde bien pequeños
para que se acostumbraran a respetar las filas, a esperar tu turno, a
no tocar nada, a no pararte demasiado, porque si no, molestas a los
demás, son pequeñas cosas que van haciendo un gran bagaje que es
parte del que necesitan para ir marchando solos.
No hay niños pequeños ahora en la
familia, pero como gran observadora que soy, me siento en el paseo y
veo a nietos convertidos en verdaderos tiranos con los abuelos,
exigiendo, peleando, pegando patadas, y ellos aguantando como pueden
la rabieta del nieto...pienso que ahora hay un gran numero de abuelos
que están con sus nietos, más del tiempo “normal” por lo tanto
deberían no solo cuidarlos si no educarlos, pero claro, educar, no
es fácil, decir NO no es fácil, y no es su tarea, pero tenia que
haber más conexión entre padres, abuelos y niños para que ellos,
los niños tengan unas reglas y se cumplan.
Cuando a mi casa venían niños, tenia
que “recoger” muchas cosas, pero cuando yo he ido con mis hijos a
otras casas, me he encargado de que no tocaran lo que no debían, los
dueños de la casa no tienen que aguantar que los padres se crean que
tienen una maravilla de niño, y que gracia hace cuando tira la
comida por el sofá o la bebida o toca todos los objetos de
decoración, los miran con adoración, como si eso fuera lo mejor que
pueden hacer por ellos, o cambian o flaco favor les están haciendo,
esos niños, se convertirán en adolescentes sin normas y eso lleva a
delincuencia, no quiero ser catastrófica, pero es lo que estoy
viendo, observando.
Os pongo otra entrada de mi blog en el
que explico algo que paso con unos padres y una conversación con un
cliente.
Igual que os he contado los meses malos
y mis días que no he podido moverme, en los que he necesitado ayuda
para casi todo, ahora tengo que deciros, que hoy hace seis semanas
que me inyectan la primera medicación preparatoria para otra, y
estoy que no me lo creo, ya firmaría por seguir así.
Hacía años que no me sentía tan
bien, este cansancio, mi eterno acompañante, se ha atenuado, mis
manos se han desinflamado igual que otras articulaciones no tan
visibles.
Sigo llevando muleta porque la rodilla
no esta como debería, pero ya he dejado de necesitar ayuda para
levantarme del sofá y de la cama y puedo entrar en la ducha sola,
hay tantas cosas que he recuperado!!!!!!
Sentirme casi autónoma para la vida
diaria, es un logro enorme.
He vencido mis miedos a la medicación
y con los controles muy abundantes que hasta ahora salen bien, lo voy
llevando.
Es duro, una vez a la semana me
inyectan y luego estoy 36 horas, agotada, rendida, con sueño,
nauseas, son una horas horrorosas que las puedo llevar gracias a que
sé que cuando pasan, es como un renacer con fuerza, casi sin dolor y
con una vida “casi” normal.
Hoy me han vacunado para las neumonias,
dentro de veinte días para la gripe, siempre controlando, fiebre,
tensión.
Mi vida aún se resume a farmacia,
médicos y sofá, con un leve intervalo de 4 días en los que he
empezado a recuperar mis pequeños paseos por el barrio, cerca de
casa, pero me veo con fuerzas de ir sola. También vestirme sola y
hacer cosas que llevaba tiempo sin hacer.
Ahora voy a cortarme el pelo, se me
cae, otro efecto, este el que menos importancia tiene, me gusta
llevar el pelo corto.
Dentro de dos meses si todo sigue
igual, volveré al Reumatologo, y él me dirá si ya paso a la
segunda fase, los llamados Biológicos, otros miedos, otros retos, la
Vida es eso, una lucha diaria llena de retos, que nos llevan a seguir
viviendo de mejor manera que la que teníamos antes de la medicación.
Mis defensas están bajando
alarmantemente, el riesgo esta latente, pero no impide que salga, que
vaya que venga, que VIVA, si tengo que coger algo, lo cogeré y
espero tener la fuerza para superarlo con ayuda de la medicación.
Ahora son los Pilares, no me importa no
salir ni bajar donde esta la fiesta, para esos trotes no estoy,
me conformo con salir a tomar un vermú
a “nuestra” terraza.
Y que vengan y salgan los chicos, que
al fin y al cabo la fiesta es para los jóvenes, miento, porque algún
acto me hubiera gustado ver, pero...con estar como estoy ahora ya
tengo bastante alegría, me ha cambiado la cara, antes mi sonrisa la
llevaba puesta, porque no me gusta mostrarme de otra forma ni que
sufran por verme, pero ahora mi sonrisa sale de mi estado, tan bien
que ya ni me acordaba, o quizá es que nunca me he encontrado tan
bien, o al menos mi memoria no lo recuerda.
Ayer por la tarde fue el primer día en
el que fui al Centro de Salud, ha inyectarme el Metrotexato, el que
no sepa que es, en términos coloquiales es un poco de quimioterapia
semanal que nos ponen a algunos pacientes de enfermedades
Autoinmunes, que descubrieron por casualidad, que disminuye el tamaño
de los tumores y a nosotros, nos disminuye la inflamación. Hasta
ahora llevo dos semanas que me los pinchaban sola para ver si me
sentaba mal, como no ha sido así, afortunadamente, ahora ya voy con
el grupo.
Son medicamentos con muchos controles,
radiactivos, y que nos dejan sin defensas, entre otras cosas, pero
tenemos que recurrir a ellos cuando otras medicinas no nos hacen
efecto, o estamos seriamente afectados.
Yo era la “nueva”, todo el grupo se
conocía, me senté y enseguida, con muchas ganas, me empezaron a
preguntar, que enfermedad tenía, qué tomaba, cuanto tiempo me lo
habían mandado, y ellas porque del grupo de unas 25 personas, solo
dos eran hombres, me contaban a su vez, un poco deprisa su evolución,
su enfermedad, sus miedos, y como nos encontramos las 24 horas
siguientes a estar inyectados, y demás.
Se preocupan si no ven llegar a alguien
y dicen de llamarla o si no saben su teléfono, vi miedo en sus ojos,
igual le ha sentado mal y ya no le pinchan...decían bajando la voz.
Hasta que una de ellas, de las más
mayores, y digo muchos más de 70 años, porque la mayoría era de lo
que se dice mediana edad y una chica de 29 años, que ha resultado
vecina mía, pero en una comunidad tan grande, no nos conocíamos,
dijo: oye ya vale de hablar de males, ahora nos esperan unas horas
duras, que cada una pasaremos como podamos...así que vamos a hablar
de lo que vais a hacer el día del Pilar!!!!!!!, yo me voy a la plaza
del Pilar y he dicho que bailaría, aunque solo sea un pequeño golpe
de cadera y dos pasos!!!!!!y me mira a mi y me dice: el año pasado
ese mismo día, llevaba pañales porque no podía ni ir al baño, no
te parece que este año, aún coja, no tengo que ir a bailar?
Por supuesto, hará muy bien, le dije:
el año pasado yo ande ese día mi querida ciudad, pero este año, no
creo que pueda salir más de dos calles más lejos de la que vivo,
así que si pudiera, haría igual que usted!!!!
Enseguida me dijo: llamame de tu, y
ahora nosotras tres nos vamos a tomarnos un café, quieres
acompañarnos? Les dí las gracias pero les dije, que aún no puedo
casi caminar, y tienen que llevarme con coche a todos los sitios. Y
ella volvió a decirme con decisión: cuando puedas venir aquí,
andando, vendremos juntas y charraremos y nos tomaremos un café, que
la vida son cuatro días y si nos han tocado jodidos, pues adelante
con ellos!!!!
Miedos tenemos todos, aunque no lo
digamos, pero todos, y estoy segura que hablo en nombre de todos,
tenemos más miedo, no ya al dolor, si no a la dependencia, y ahora
que nos sentimos un poco menos dependientes, aprovechamos. Los demás
decían que sí, y asentían con la cabeza.
Cuando me tocó mi turno, y vieron que
necesitaba ayuda para levantarme de la silla, un montón de brazos,
muchos, se acercaron para ayudarme. Les dí las gracias, y nos
despedimos hasta el próximo jueves, que volverán a meternos en
nuestras venas, algo que nos ayudará a seguir adelante, cada vez un
poco mejor, esa es la esperanza de todos los que estábamos allí.
Siempre la Vida te da lecciones, en
este caso, la unidad de un pequeño grupo de personas enfermas, muy
preocupadas unas de otras y dispuestas a vivir todo lo que puedan de
la mejor manera posible, aunque para ello, arriesguemos nuestra
propia vida. Solo nos queda confiar, como dijo alguien que sigan
controlándonos, mucho y que cada prueba siga saliendo bien.
Llevar una vida enferma no significa
que te acostumbres a la enfermedad, es que no sabemos como es vivir
sin estar enfermo que es muy distinto.
Hay enfermedades que son muy
complicadas y más que en otras son individuales como las
inmunólogicas, cada organismo funciona de una manera diferente a la
medicación que necesitamos para vivir.
Hay muchos enfermos que les va
estupendamente, con mínimas contraindicaciones, ya que son
medicamentos agresivos, mucho, y a otros como fue mi caso, casi me
mata literalmente.
Durante unos años, cuando mis hijos
eran pequeños y estaba sola criandolos y quería verlos hacerse
mayores, me sometí a cinco tratamientos experimentales, con miedo,
con mucho miedo pero con la ilusión de que uno de ellos me quitara
estos terribles dolores y pudiera hacer una vida que no se reduciera
a mi casa y mi sofá...quería salir con ellos, que ellos salieran a
todos los sitios a los que van los niños, y así fue, tomé de todo,
con control del médico, y fueron pasando los años y a mi me fueron
pasando factura todas las medicaciones que mi maltrecho cuerpo había
recibido, hasta el punto de estar grave, muy grave y tener que dejar
casi todo, bajo mínimos, para “recuperarme”.
Ahora han pasado siete años sin tomar
lo que llaman modificadores de la enfermedad. Solo tomo
antiinflamatorios y analgésicos, los primeros han hecho que mis
riñones empiecen a fallar....y no tomar medicación que frene mi AR,
porque solo la frena, no la cura, han convertido los últimos siete
meses en un continuo dolor, me duele hasta el respirar, sé que los
que me leáis y sepáis de que hablo, sentiréis el dolor, los que
no, quizá podéis imaginarlo.
Llevo casi cuatro meses, en los que
necesito ayuda para vestirme, para levantarme de la cama, para
levantarme del sillón, ir al baño...el dolor no me “apura”
porque es mi eterno acompañante, siempre esta conmigo, es lo último
que siento al dormir y lo que me despierta, pero la dependencia se me
esta haciendo terriblemente cuesta arriba.
Mis hijos se han hecho mayores, mi
madre es una persona dependiente, que sufre cuando me ve como una
marioneta, que si no me “tiran” de los hilos, no me levanto.
Es verdad que tengo unos brazos que me
levantan, pero voy agachada como una anciana, caminando como un bebé
cuando empieza a dar sus primeros pasos, y veo el andador de mi madre
y le huyo. Preparo la comida sentada en una silla, y cuando salgo a
la mesa ni hambre tengo, solo quiero tomar la otra dosis y tirarme
porque sentarme no puedo en el sofá, y esperar que pasen las horas,
los días, las semanas...el tiempo, y que ceda el dolor pero no
sucede.
Estoy con un “brote” desde hace
meses, algo que me asusta es que no responda bien, por primera vez a
la Cortisona, un primer aviso...
Cuando dejé los tratamientos
Biológicos, los que no sabéis que son, son modificadores tumorales,
parecidos a la quimioterapia, te dejan sin defensas, para que tu
propio cuerpo no tenga “fuerza” para atacarte a ti mismo que es
lo que ocurre con la AR, pero le abres la puerta a cualquier pequeña
infección que te cause la muerte, como bien firmas en el papel antes
de inyectarte en tus venas la medicación. Mi médico especialista
me dijo que volvería cuando estuviera en una silla de ruedas, le
contesté que cuando fuera en una silla de ruedas se los pediría.
El día 23 de septiembre tengo por fin
hora con el especialista, es nuevo, el mio, se ha jubilado y se los
voy a pedir. Ahora la crisis no sé si me dejará llegar a esas
medicaciones que son carisimas. Hay un tiempo de “seguridad” que
son cinco años, pasado ese tiempo no hay estudios...Lo mismo ocurrió
con la primera mediación que tomé durante casi 20 años...
Tengo miedo, si dijera otra cosa
mentiría, pero alguien enfermo de AR me dijo un día que lo que
viviera quería vivirlo bien, porque esto no es Vida.
Mi hija me dice que me tengo que cuidar
que ella quiere tenerme a su lado, pero poco puedo hacerle cuando
paso el tiempo tirada en la cama o en el sofá, cuando salir a la
compra del pan y el periódico es un odisea para mí.
Si me ponen la medicación, sé que
empezará un periodo de miedo, mucho miedo, de dejar de ir a sitios
cerrados, de no tener contacto con gente por miedo a que “me
peguen” algo, no poder ir a los Hospitales, ni Centro de Salud,
exclusivamente el tiempo mínimo y siempre con mascarilla.
Tendrán que vacunarme de diversas
cosas y someterme a exhaustivos controles muy seguidos.
Ahora ya no recuerdo el tiempo en el
que falsamente creía que estaba curada, la medicación me quitó el
dolor y empecé a caminar y a sentirme libre de este peso que viene
conmigo como una amiga invisible pero siempre permanente, que se
llama Artritis Reumatóide, ahora se ve en ms deformaciones, pero es
mucho más que eso, es algo que no deja que me mueva, que hace que
desde mis ojos a mis pies, tenga que “pedirle” permiso para
moverlos.
Mucho lo he pensado, estos meses han
sido muy duros, y estoy decidida, voy a volver a ponérmelos si la
crisis no lo impide, lo que me puede pasar es incierto pero la
realidad es que así no puedo seguir viviendo.
Así que con mucho, mucho miedo, me
pincharé la medicación y esperaré que no me mate, que frene la AR,
que me dé un respiro y pueda disfrutar un poco de la Vida, sin dolor
y sobre todo sin dependencia, haciendo cosas que no hago porque no
quiero pedírselas a los demás. Por eso mi vida se reduce a un
piso, a unas manzanas de mi barrio, a mis queridas lecturas, y a esta
ventana. Todo seguirá igual, pero sin tanto dolor, la Vida sin
dolor se ve de otro color, y yo hace mucho tiempo que no tengo color
en la mía.
Acabo de oír el tiempo y dicen que
mañana se acaba el verano, como tal,luego siempre tendremos días de
esos que vienen como un regalo.
Ha sido un verano atípico, en junio
hizo frió, en julio un calor agobiante y en Agosto, un calor
soportable, con mañanas y noches frescas. Al menos donde yo vivo
Ha sido un verano de ciudad, no hemos
salido de ella, salvo un día a Albarracín, ir y venir, nada.
Soy una mujer sin pueblo, nacida en la
ciudad y de generaciones de ambas partes de la familia, de la ciudad,
ya os dije un día en otra entrada que cuando era pequeña, mis
compañeras de clase siempre hablaban de sus pueblos, de sus veranos
allí y les sorprendía que yo no tuviera pueblo.
Luego durante muchos años he vivido en
pueblos, durante más de treinta años, y ahora vivo otra vez en la
ciudad que me vio nacer. Me gustan los veranos aquí, cuando la
gente marcha, cuando puedes caminar por la ciudad prácticamente como
si fuera tuya, me fijo en las ventanas de enfrente, no hay luz, no
están, han salido... el piso esta tranquilo, el ascensor esta casi
siempre disponible, tiene sus ventajas vivir en verano en la ciudad.
Al menos yo distingo perfectamente ese tiempo en el que me siento
mucho más “sola” que normalmente.
Hay una plaza cerca de casa en la que
prácticamente no puedes sentarte, en cambio estos días pasado era
nuestra, casi solitarios los bancos, nos llamaban para que los
ocupáramos.
Ha sido un verano muy difícil para mi,
por una caída, y me he podido mover muy poco, pero un día fuimos al
cine y a un lugar del casco antiguo que nos gusta por sus quesos, lo
mismo, casi para nosotros solos, un privilegio.
Hoy después de muchos días sin
caminar tanto, he vuelto al paseo y las hojas de los arboles, ya
andaban por el suelo, empiezan a desnudarse, para acabar desnudos y
resistir el invierno, para brotar nuevamente en primavera, el ciclo
de la Vida.
La ciudad poco a poco empieza a
llenarse, veo como las ventanas van abriéndose, las luces vuelven a
acompañar la noche, los coches ocupan las calles, las plazas vuelven
poco a poco a llenarse de niños que no han empezado las clases y de
abuelos que han vuelto de sus pueblos, y salen a charrar por las
mañanas y las tardes.
Pero aún hay un ritmo cadencioso en el
ambiente, desgraciadamente, cada vez ves más gente joven, en la
calle, sin trabajo, y las clases no han empezado, así que la gente
sigue relajada en sus horarios, cuando volvemos del paseo con Ibón,
ya de noche, las terrazas están con gente y los bancos ocupados, es
como si nos resistiéramos a volver a casa, como si aprovecháramos
estos días, los últimos del verano para seguir en la calle, quizá
pensando en el invierno, en lo largo que es...
El otoño suele ser estupendo en esta
mi ciudad, llega Octubre y no hace frío, este año, con lo “raro”
que anda el tiempo no sé como discurrirá, pero no obstante los días
se acortan y las noches se alargan y eso hace que los ritmos de las
salidas cambien, iremos viendo día a día lo que la Vida nos depare
y seguiremos aprovechando al máximo la sensación de salir a la
calle, de caminar y de sentir el viento en el rostro, las caras de
las personas con las que me cruzo, los perritos con los que nos
paramos, las pequeñas conversaciones con sus dueños, y como poco a
poco el verano llega a su fin.
Hace tiempo que quería hablar de este
tema y hoy han surgido en el patio comentarios respecto a tenerlas,
quitarlas, cada uno piensa de una forma, todas valen.
En mi vida ha habido dos grandes
cambios respecto a las fotografías.
Cuando tuve mi propia casa, puse las
fotografías que más me gustaban de mi niñez, sola, con mis padres,
con mi padre, las de mi boda. Y en un mueble, aparte, las de mis
abuelos, bisabuelos, junto con la familia de mi marido, entonces.
Era como una misma familia, la que empezábamos...
Cuando venía alguien a casa siempre
decía: cuanto te gustan las fotos!!!
Así es, luego nació mi hijo, y ya
imaginaros, fotos del niño, casi diarias, algunas las colocaba, las
iba cambiando, otras siempre han estado y están en su habitación,
desde el momento que las revelamos, antes era un proceso más largo y
caro.
Luego se fueron llenando albunes de
fotos, viajes, vacaciones, fiestas familiares, días de colegio, un
momento, una ropa, una mirada, cualquier cosa me motivaba a hacer una
fotografía. Y muchas de ellas, fueron colocadas en nuestras
sucesivas casas.
Luego nació la niña, lo mismo, pero
menos, los hijos primeros se llevan cosas que los demás no lo
hacen...pero también, muchas, muchísimas.
Fueron llenando rincones, casas de los
abuelos, la casa que compramos en un bello lugar y restauramos. Y
seguimos viendo a través de las fotografías, la vida, los niños
creciendo, los abuelos haciéndose mayores, los amigos, todo.
Las fotografías son instantes de vida.
Hay un antes y un después en esa época
de fotografías, en las que no se veían mis deformaciones, tenía
las manos, preciosas, los dedos largos, y cuando miraba una
fotografía pensaba: aquí aún no se me habían deformado, las
manos, las rodillas, aquí no me dolía, aquí aún podía viajar,
aquí aún caminaba varias horas para ver un museo o un lago. Y me
iba haciendo daño e iba dejando de hacerme fotos.
Y luego llegó el divorcio. Y
entonces, quité las fotografías en las que estábamos como la
familia feliz que yo creí durante muchos años que eramos. Dejé
las de los niños, pero las que estábamos nosotros, desaparecieron.
Fueron a unas cajas, son de mis hijos, ellos decidirán si las ponen
o las guardan o las miran. Al principio me dolía y mucho mirarlas,
luego el dolor dejo paso a la decepción y nunca más las he vuelto a
ver. En casa de mis padres, les pedí que las quitaran y en la casa
del pueblo, a la que tan unido se siente mi hijo, allí están las
fotos de abuelos, bisabuelos, las de los dos, porque son la familia
de mis hijos, se han hecho copias para si un día mi hija quiere
tenerlas.
No sé si me enteráis, pero es como el
final de algo, fue el fin de la familia como la conocíamos, y no
podían seguir esas fotografiás acompañándonos.
Luego conocí a Antonio, al cual no le
gusta salir en las fotos, aunque le gustan hacerlas, y no tenemos
ninguna juntos, solo tenemos una en nuestra habitación, un lugar
íntimo, solo nuestro.
Luego ha habido otra situación que ha
marcado mi relación con las fotografías. El fallecimiento de mi
padre y venir a vivir a su casa. Mi madre lloraba y yo no podía
mirar las fotos, así que también duermen en una caja, algún día
puede que alguna vuelva a salir, pero por ahora no puedo mirarlas,
sin sentir que mis ojos se llenan de lagrimas.
Ahora los chicos con las cámaras
digitales, ya no “toco” ninguna foto. Se guardan en carpetas en el
ordenador...
En casa, en Zaragoza, solo en la
habitación de mi hija, hay fotografías, ella eligió las que le
gustan y ha hecho un collage, no le he dicho nada ha puesto las que
ha querido, en ninguna esta su padre, si lo hubiera hecho tampoco le
hubiera dicho nada, es su espacio, su decisión, su elección.
No obstante hay muchas tardes de verano
que me voy a leer a su cuarto cuando ella no esta, es más fresco y
trato de que mi mirada no vaya a ese espacio donde hay tanta alegría
en cada instantánea.
Esa es mi relación con las
fotografías, un antes y un después marcado por la Vida.
Mi hija me dice que un día me traerá
montones de cajas que hay en La Almunia, de fotografías, sin
ordenar, será difícil hacerlo, pero si las trae las ordenaré y se
las guardaré para ellos, para que algún día sus hijos conozcan
momentos y lugares en los que hemos sido tremendamente felices y
desgraciados, como la Vida misma.
Hace un rato estaba hablando con una
persona que la vida a vapuleado por todos los lados...y la Justicia
le ha dado “la puntilla”.
La mala praxis de un carísimo abogado
lo ha llevado casi a la ruina, todo por el coraje y la rabia de una
ex mujer vengativa y mala.
Algunos pensareis que son muchos y muy
malos adjetivos, pues me quedo corta, conociendo como conozco a esta
persona.
Ha intentado razonar, darle a ella, más
de lo que le pertenecía por Ley, pero ella quería más.
Y muchas veces los que imparten
Justicia, se han “equivocado” pensando que la mujer era la parte
débil, la que salia perjudicada y directamente han sentenciado al
hombre sin pararse a pensar que en todos los casos no es así.
Esta persona me decía al final de la
conversación que le gustaría que ese primer abogado que lo ha
llevado a la ruina económica, y le ha generado, disgustos, problemas
familiares, angustias, nervios, noches sin dormir, y miedo, sigue con
miedo de que le quiten lo que le queda, la casa en la que vive, que
es “solo” suya, pero la amenaza de un embargo planea sobre ella.
Como os digo me decía que le gustaría
encontrarse en una situación que ese abogado dependiera de él, es
un sueño, porque no ocurrirá, pero que le encantaría que lo
necesitara...
Y yo le he dicho que no pasaría nada,
que lo ayudaría como hace siempre con todos, aún a costa de lo que
sea, siempre es él el último, con ese abogado pasaría igual,
porque él a diferencia del susodicho profesional, es una buena
persona, que por mucho que la Vida le ha dado, no devuelve los
golpes, por lo tanto seguiría siendo lo que es, una persona con un
buen corazón, de las mejores personas que he conocido.
Esta es la palabra que lleva a muchas
personas a cometer actos que nunca pensaría que fuera capaz de
hacer, no es que lo este justificando es que cuando ves el proceso
desde dentro, desde el origen, las cosas cambian, y te preguntas,
¿Que puede hacer ahora este hombre?
Los abogados, son
tremendamente corporativos. Y nunca reconocerán que uno de los
suyos, ha cometido un error, y por culpa de ese error, tiene que
pagar un hombre inocente, eso, señores abogados se llama INJUSTICIA.
En una pequeña ciudad donde
todos se conocen, donde abogados, jueces y procuradores, toman café
y vermú en buena compañía, pongo en duda que ejerzan libremente el
ejercicio de la JUSTICIA.
Cuando tienes que pedir
JUSTICIA GRATUITA, te la niegan, para no iniciar un proceso contra
uno de los suyos...dicen que es INSOSTENIBLE...
Cuando el abogado que te ha
sido designado le dices que si te representará pagando le su minuta,
te dice que contra un compañero...no.
¿Que te queda por hacer?
Solo tienes DESESPERACION.
Si pudieras explicarle al
JUEZ, pero en este País, los jueces son intocables, de no ser que
seas un banquero, político, corrupto, sigo?
El Decano del propio colegio
de Abogados reconoció un error en la forma del proceso, pero lo
dijo, pero no lo firmó, ni lo hará.
¿QUE CLASE DE JUSTICIA ES
ESTA? ¿QUE TIENE QUE HACER UN HOMBRE DESESPERADO?
"La gente tiene más temor a la
muerte que al dolor. Es extraño que ellos teman a la muerte. La vida
duele mucho más que la muerte. Cuando la muerte llega, el dolor
termina." JIM MORRISON
Ayer puse esta frase en el muro y todos
los comentarios que tuvo fueron a no temer la partida, como dijo
Maryté, si no al sufrimiento, que también, si no sobre todo a la
dependencia.
Esta tarde hemos hablado las dos y lo
hemos comentado, experiencias de nuestros padres, mi abuela, amigas
que les ha pasado con sus padres también, parejas que les sorprende
la dependencia, sin tener “la edad”...tantos y tantos casos como
personas somos.
Mi abuela paterna tenía más de 90
años cuando falleció, toda su vida había sido muy independiente y
le tenia pánico a la dependencia, solo le pedía a Dios, era muy
creyente, que no la dejara pasar por eso, se lo concedió, vivió
unos pocos días en el hospital y se fue sin sufrir, sin depender.
Mis hijos lloraban al abuelo paterno
cuando se fue, y yo para no ya consolarlos, si no porque estaba
completamente convencida de ello, les decía que él no hubiera
querido vivir así, como fueron sus últimos meses, estoy
completamente convencida que el día que íbamos los dos solos en la
ambulancia, yo cogiéndole la mano y él sin poder moverse y sin
poder hablar, con sus ojos, me decía que no quería...si hubiera
podido elegir, hubiera cerrado los ojos, y se abría ido.
Mi madre llora a mi padre, yo añoro a
mi padre, pero él se fue mucho antes de que nos dejara
físicamente....ya no estaba, no tenia recuerdos, era una sombra de
lo que había sido...así duele menos, quiero creer que duele menos,
aunque el dolor sea infinito.
Una amiga me decía no hace mucho que
su padre falleció de repente, y fue muy doloroso, estaba muy bien, y
el dolor fue terrible, pero luego vio la agonía de años de su
madre, y decía que “mejor” la muerte de su padre que la de su
madre.
Es un tema del que no hablamos, es tan
seguro como que estamos vivos, pero lo esquivamos, como si no fuera
con nosotros...
Ahora cada vez hay más gente que
prepara sus funerales, como los quieren. Los cuentan, los escriben,
dicen donde quieren estar, como quieren que sea. Y no precisamente
gente mayor.
No nos enseñan a morir, sin entrar en
temas religiosos ya que puede herir a personas con creencias muy
respetables, recuerdo con enorme cariño y a la persona más
convencida de que había una Vida más allá de la muerte, tenía más
de 80 años y añoraba tanto a su marido que se confesaba casi todos
los días, porque decía que quería irse, porque sabia que él, su
amado la estaría esperando, y que solo quería estar con él. Pero a
la vez tenía cargo de conciencia de desear la muerte. Nunca me dio
tristeza su partida, la sentí por lo que significaba para mi pero sé
que ella si tuvo conciencia, fue feliz en el último instante de su
Vida.
El tema de la eutanasia, tan debatido,
el testamento vital, la libertad a morir cuando uno quiera y como
quiera, sería un derecho solo a ejercer por el que lo esta
sufriendo. Solo a él le corresponde decir me quiero ir YA.
Hay una clínica en Suiza, leí un
reportaje, en el que la gente va a hacer su último viaje, solos, con
su familia, en la intimidad, con todo el respeto que se merece, pero
solo unos pocos pueden pagarlo.
Muchos otros tienen que recurrir a los
Tribunales, que les niegan el derecho a irse con dignidad ya que no
pueden vivir con ella.
Morir solo en una fría habitación de
Hospital...terrible. Me desperté en la madrugada, sobresaltada, y
10 minutos después recibí una llamada del hospital, no me dijeron
nada más que fuera...mi padre ya había partido, quiero creer, que
él se acordó de mi en el último momento.
Depender, la dependencia, nos causa
tanto miedo...
Hablo con mucha gente que vive con
dolor, y el dolor, de no ser que afecte tanto como para producirte
una gran depresión no te quita las ganas de vivir, siempre
encuentras un motivo, algo para seguir.
Pero la dependencia es otra cosa.
Cuando sientes que no puedes ir al baño...que no puedes vestirte,
que no puedes caminar, que si no te preparan la comida, no comes...y
tu cabeza esta bien, es tu cuerpo quién no responde...y no vas a
mejorar si no a empeorar, pienso que la Ley tendría que acoger el
deseo de no seguir.
Y como todo, respetar a quién por
creencias no quiera irse con “ayuda”, si no esperar a lo que su
Dios haya dispuesto para él, pero no obligar a los demás a seguir
con su terrible existencia.
Una muestra de amor, la más grande que
puede tener una pareja es que ayude a su amor a partir...con un gran
dolor pero con la serenidad suficiente como para acabar con su
sufrimiento.
Pero se arriesga a tener cárcel a que
lo llamen asesino, cuando ha sido la persona menos egoísta, ha
ayudado a partir a su amor, quedándose solo pero sabiendo que le ha
demostrado a su pareja cuanto la quería, tanto tanto como para que
no sufriera más.
Hemos visto gente que pide durante
años a los Tribunales que desconecten las máquinas que tienen con
vida a sus seres queridos, cuanto dolor y cuanta coherencia hay en
esas peticiones.
Pero tenia que ser todo más íntimo,
menos expuesto, estar en tu casa, con quién tu decidas, dormirte y
no despertar, se acabó, el viaje ha terminado.
Esto no es una apologia de nada es un
pensamiento de una persona que le tiene pavor a la dependencia y la
siente a días en su propio cuerpo. Y sabe que va a más, y si un
día esta sola y no tiene ni manos ni brazos que la ayuden? Y tampoco
quiere hipotecar la vida de su familia...
Todo es tremendamente respetable, pero
creo que ha quedado claro que preferimos irnos sin sufrir que
quedarnos y ser una sombra de lo que fuimos...
Anoche precisamente vimos una película
que habla de la muerte, de una forma diferente, es curioso, el día
que puse esta frase, por la noche vimos la película. Acabas por
perder el miedo a morir, tienes más miedo a perder a tus seres
queridos. Eso es la Vida.
PREMONICIÓN. (Sinopsis)
A los ocho años, Nathan tuvo una experiencia cercana a la muerte intentando salvar a una niña, pero, una vez declarado muerto, inexplicablemente volvió a la vida. Veinte años después, Nathan es un brillante abogado en Nueva York, herido tras un doloroso divorcio, que se refugia en su trabajo, lejos de su ex mujer Claire y la hija de ambos. Es en ese momento cuando el misterioso doctor Kay entra en su vida, afirmando que puede prever cuándo las personas van a morir y ayudarlas a poner sus vidas en orden antes de que sea demasiado tarde. Con los pilares de su vida desmoronados por la revelación de Kay, Nathan descubre el motivo de su vuelta a la vida.Dirigida y coescrita por el francés Guilles Bourdos, "Premonición (Afterwards)" está basada en la novela "Y después...", de Guillaume Musso. Protagonizan la película John Malkovich como el doctor Kay, Romain Duris como Nathan y Evangeline Lilly como su ex esposa Claire
También os pongo unas frases de
Cortázar, muy alegóricas a la Vida y a la Muerte.
"Más allá de los cincuenta años empezamos a
morirnos poco a poco en otras muertes. Los grandes
magos, los chamanes de la juventud parten
sucesivamente. A veces ya no pensábamos tanto en
ellos, se habían quedado atrás en la historia; other
voices, other rooms nos reclamaban. De alguna manera
estaban siempre allí, pero como los cuadros que ya no
se miran como al principio, los poemas que sólo
perfuma...n vagamente la memoria. Entonces -cada
cual tendrá sus sombras queridas, sus grandes
intercesores- llega el día en que el primero de ellos
invade horriblemente los diarios y la radio. Tal vez
tardaremos en darnos cuenta de que también nuestra
muerte ha empezado ese día; yo sí lo supe la noche en
que en mitad de una cena alguien aludió indiferente a
una noticia de la televisión, en Milly-la-Forêt
acababa de morir Jean Cocteau, un pedazo de mí también
caía muerto sobre los manteles, entre las frases
convencionales. Los otros han ido siguiendo, siempre
del mismo modo, Louis Armstrong, Pablo Picasso,
Stravinski, Duke Ellington, y anoche, mientras yo tosía
en un hospital de La Habana, anoche en una voz de amigo
que me traía hasta la cama el rumor del mundo de
afuera, Charles Chaplin. Saldré de este hospital.
Saldré curado, eso es seguro, pero por sexta vez un
poco menos vivo".
Hace unos meses me ocurrió algo por
decirlo suavemente, desagradable. Acababa de dar entrada en mi face
a unas personas, familia, que dicen que es peligroso...pero
bueno...personas que no me conocen, que no han querido conocerme pero
que no obstante por la influencia de otras personas que tampoco me
conocen opinan y se creen algo de mi, opinión completamente
equivocada.
Escribí un comentario, sobre unas
personas que entraban en mi muro, sin decir nada, copiaban, pero les
pedía amistad y no me la daban...solo querían saber de mi pero que
yo no supiera nada de ellas, personas que pertenecen a otra época de
mi vida, a gente que se quedó en el camino, por su elección, no por
la mía, porque mis sentimientos hacia ellos siempre fueron sinceros,
y que en su día me hizo daño su comportamiento, pero una vez
superado, escribí la entrada en el blog.
Pues me sorprendió que esta gente
(familia) que vuelvo a decir no me conoce, se diera por ofendida, me
pusieran verde, llamaran a otros familiares, montaran en cólera, yo
fui insultada y no escuchada, traté de decirles que ellos no son el
ombligo del mundo, que mi vida, afortunadamente no gira alrededor de
ellos porque si así hubiese sido, mal me hubiera ido,
porque no he recibido NADA de ellos, ni llamadas, ni apoyo, solo
críticas y dimes y diretes, algo que no soporto.
Repito una y otra vez que me gusta
decir las cosas claras, que si me haces algo, te lo voy a decir, no
emplearé insultos ni mentiras, no es mi estilo.
Nada, no quisieron escucharme, he sido
juzgada y condenada al olvido, antes de que me bloquearan, hablé con
las dos personas en cuestión y les dije por activa y por pasiva que
yo tenia una vida antes de conocerlas a ellas, que lo que yo digo no
tiene que ser para ellas, que ellas son una anécdota muy pequeña en
mi vida, no las conozco, no sé nada de ellas, ni ellas de mí, no ha
habido tiempo, no se han dado las circunstancias, por mucho que
incluso, pedí perdón por si las había ofendido, cosa que no había
hecho, pero por el bien “familiar” lo hice, no sirvió de nada.
Me han bloqueado, me ignoran, y sé que
me critican con otras personas. ¿Sé puede ser más malo?
Lo primero es mentira y lo segundo las
malas sois vosotras, por malpensadas y tan cerradas de cabeza como de
corazón.
Lo que siento es que con vuestro
comportamiento una tercera persona esta sufriendo...porque lo que es
a mi, poco mal podéis hacerme, cuando no siento nada por vosotras,
solo podía haber sido algo bonito, pero que no fue...y nunca lo
será, si algún día se produce un encuentro, cosa que dudo, será
tirante, desagradable, al menos por mi parte.
Soy la persona que he sido ofendida, y
a la que no han pedido disculpas.
Ahora el silencio y los malos
entendidos, que no soporto se apoderan de las relaciones, por otro
lado inexistentes.
Todo el mundo tiene derecho a
explicarse, los demás están en el derecho de no creer en tus
explicaciones, pero que no digan que son mentira, porque no pienso
tolerarlo lo combatiré, delante de quien sea y con quien sea, es la
verdad, y verdad solo hay una, aunque ellas crean a otras personas
que como he dicho ni me conocen ni jamás me conocerán.
Cuando estas cosas suceden pienso en lo
corta que es la Vida, y a veces, muchas, dura, y las zancadillas que
muchas personas se dedican a poner en la vida de los demás. Con lo
fácil que es vivir y dejar vivir.
Nunca deseo nada malo a nadie, pero si
se sintieran como nos sentimos muchos, lo que menos tendrían ganas
seria de reñir.
La Vida, hay que vivila lo mejor que
podamos, y si la gente que tienes te la hace difícil, déjalos.
Durante unos meses mi salud se ha
resentido y es que me pasó factura el estado de nervios que me
produjeron estas personas, ahora estoy más tranquila, más sosegada,
a ellos no les importo porque si no no me abrían hecho daño
gratuitamente, no obstante mi posición siempre es la de hablar pero
no volvere a dejarme insultar, eso jamás.
Si alguna lo lee, ya sabe lo que tiene
que hacer, saben donde estoy y vuelvo a decir que no he mentido en
nada y que hay mucho más que no saben y lo que saben no es la
verdad.