Hoy, último día del año 2016, no sé que pasa pero todos los años hago una especie de resumen, balance, no sé como llamarlo, pero vienen a mi mente muchas de las cosas pasadas en este año al que le quedan horas para acabar.
En el plano de las ausencias, pues, ya no tengo a mis padres, mi pequeña familia esta bien, estamos juntos, aunque cada uno volando cada vez más, como debe ser.
Ayer me recordaba una persona que me conoce bien que se acordaba cuando un día dije que aún ponía el plato de mi padre, cuando teníamos un día de fiesta, o cuando sin pensar mucho, entre semana, ponía la mesa, desde que mi madre también se fue, las ausencias han sido tan profundas que no he vuelto a confundirme, es como aceptar lo irremediable.
Este año he soñado poco con mis padres, en mis sueños con ellos, todos estamos contentos, nuestra pequeña familia esta intacta, soy pequeña, o mis hijos son pequeños y mis padres, ya abuelos, son inmensamente felices con sus nietos. Luego al despertar el dolor que me invade ante la realidad es tremendo, pero hay que seguir viviendo con él, forma parte de la vida.
Ha sido un año de ingresos hospitalarios, una nueva enfermedad, sin aviso, llegó a mi vida, a mi maltrecho cuerpo, en una revisión, me dijeron que estoy quedandome ciega, han pasado nueve meses y aún no lo he asumido, excepto cuando mi vista se niega a seguir viendo, el atardecer, esa hora mágica que tanto me gusta y que ahora no puede cogerme, sola y fuera de casa porque me asusta la oscuridad.
Me dijeron que no entraba en el programa de trasplante de órganos, al tener otra enfermedad crónica y el tipo de medicaciones que necesito. Así que sin darme cuenta, trato de grabar en mi retina, colores, caras, amaneceres, y lecturas, estoy leyendo compulsivamente, no puedo remediarlo, llevo unos meses con desesperación, todo pasará, claro que pasará. Ahora a primeros de año, volveré y me dirán la pérdida de vista en este año...tampoco sé si viviré lo suficiente como para quedarme ciega, es una espada de Damócles, ahora, lo sé, antes vivía pensando, durante dos años que necesitaba cristales nuevos...
Es una de las razones por las que he restringido el tiempo en el patio.
Han pasado por mi cuerpo dos nuevos tratamientos que fueron pésimos, una caída y rotura de huesos, un ingreso de varios días y montones de pruebas, ahora después de muuuuchos días sin pisar la calle, después de dos meses con la nueva medicación biológica, vuelvo poco a poco a sentirme un poco mejor, poco ya es mucho.
Seguiremos, no queda otra, ha veces me pregunto de donde saco las fuerzas para seguir y sinceramente, no lo sé, pero sigo.
Mi hija, también con un ingreso a primeros de año, por el que tuve que pelear como una leona, también tiene nombre de enfermedad autoinmune y ya lleva el primer biológico en pastillas, ha vuelto a la Universidad y ver como lucha día a día, hace que no pueda venirme abajo, seguimos luchando las mujeres de esta familia con lo que hemos heredado. Después de un test genético hecho a nosotras dos, no hay duda... mi hija si un día decide ser madre, ya podrán modificar en laboratorio el gen que tenemos "alterado".
A primeros de año, se fue Ibón, mi querido compañero, se fue como llego a mi, solos, en mis brazos se durmió, como cuando con un mes lo colocaron en mis brazos y llego a nuestras vidas.
A los cuatro meses llego Frida, nuestra pequeña de dos kilos, otro día escribiré sobre ella, solo deciros que todos la llamamos muchas veces Ibón...han sido dieciséis años junto a él...
Mi hijo y su pareja, hacen planes para este año que va a empezar, ampliar la familia es uno de sus proyectos y yo me acuerdo de mi madre que su deseo era ver a un hijo de su querido nieto y yo le decía: pues claro que lo verás, eres muy joven...!!!
Ha sido un año de personas nuevas en nuestras vidas, de decepciones, de alegrías y tristezas. De ver sufrir y luchar por su vida a personas que quieres entrañablemente.
Un año con sus luces y sombras, un año lleno de Vida y la vida es eso.
No pido nada, nunca pido nada, el año que está a punto de llegar pues nos traerá lo que tenga que traer y solo me gustaría seguir viviendo para seguir luchando y tratar de cambiar las cosas que no me gustan o que hacen daño a los míos.
Un año duro de recortes, un año en el que los Servicios Sociales me han expuesto la dura realidad, no hay ayudas, no hay dinero, la dependencia es...casi como un lujo. Y la enfermedad es cara, os lo puedo asegurar.
No podemos quejarnos, siempre pienso que todo puede ponerse peor. No tenemos más que ver la televisión y mirar las guerras, los refugiados, los niños explotados, sin familia, sin niñez, las mujeres asesinadas, los atentados, nuestros jóvenes sin espectativas de trabajo...
Bueno, quiero daros las gracias por leerme y si, os mando mis mejores deseos para todo lo que nos quede por vivir!!!
FELIZ AÑO 2017
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