Esta semana pasada me aventuré a ir a la peluquería, a dos calles de donde vivo, imposible alejarme mucho, mis piernas y mis fuerzas siguen sin acompañarme.
Salgo con el pelo cortado, y justo enfrente me encuentro con un familiar de mi ex: Grita y gesticula mucho al hablar, y hacía años que no nos veáimos, lo primero que me dijo fue: qué gordisma estás, pero qué gordaaaaaaaaaaaaaaa, luego empezó a preguntarme, por todo, por mi madre, mis hijos y sin esperar o cortándome lo que le decía volvía a llamarme gorda. Me llamaría en menos de diez minutos, cuarenta veces gorda, no me lo dijo en Finlandés porque no sabe idiomas que si no me lo dice también. Yo asentía con la cabeza, pensé decirle, entre medio de sus preguntas y su insulto, que estaba mal, que la medicación, pero mi mente me dijo: cállate bonita, que estás más guapa, por una vez le hice caso y sonreí, como lo sé hacer, eso de dientes, dientes, se me da muy bien.
Le podía haber dicho que estoy más gorda porque tengo mejor vida que cuando vivía con su sobrino, que estoy más tranquila, que estoy enferma desde hace muchos años, pero que nadie me preguntó, que esas temporadas tan delgada era porque no me alimentaba porque no tenia fuerzas ni para comer, ni nadie que me apoyara, que tomo medicaciones, que llevo un año que prácticamente voy de la cama al sofá y vuelta a empezar, que hacía justamente seis días que pisaba por primera vez la calle, que tan apenas salgo si no es en coche, y para ir al médico, pero decidí callarme. No merecía ninguna explicación, cuando me divorcié dejó de tratarme y ahora no tengo que darle ninguna explicación, solo asentía a sus formas de entonación diferentes de llamarme gorda y sonreír. Luego nos despedimos con dos besos y no me dijo que porque llevaba bastón o porque cojeaba, si no que me llamó y me volví y me dijo: PERO QUE GORDAS ESTAS, NO TE HABRIA CONOCIDO, pero sí fue ella la que me llamó...
Es verdad que hasta hace un año yo llevaba una talla 40, no soy un buen ejemplo para la alimentación porque no tengo tan apenas hambre, sigo sin comer, ahora hago el esfuerzo por las medicaciones, pero vamos, que lo que ella vio a través de varias capas y un chaquetón fue una cara redonda como un pan de pueblo, cara de media luna como llaman a los pacientes que tomamos cortisona.
Le podría haber dicho que yo estoy no gorda, si no inflamada por la cortisona y la quimioterapia entre otras cosas que llevo metidas en mi cuerpo, pero no, no le dije nada, si hubiera tenido tan mala educación como ella le habría dicho: yo puedo estar gorda, pero tu eres fea de co......
Recordé cuando volvía a casa, despacio, a una actriz Kathleen Turner, que en los ochenta se convirtió en todo un referente sexy por su primera película “Fuego en el cuerpo”. Luego hizo varias más y tuvo una hija y se retiró del cine. Cuando volvió pasados unos años, las críticas a su cuerpo, su cara, su belleza, fueron atroces, la llamaron gorda, vieja, que donde estaba la mujer sexy que enamoró a la pantalla.
Las criticas fueron feroces con ella,y decidió conceder una entrevista no recuerdo a qué periódico en la que ponía muy mal a la industria del cine, a los directores, a su agente, a toda la gente que en la calle, programas, la habían insultado y nadie le había preguntado. Ella estaba enferma, de Artritis Reumatoide, y en su cuerpo llevaba las secuelas de los tratamientos a los que se sometía para poder llevar una mejor vida. Su crítica fue atroz, se preguntó porque nadie le había preguntado que le pasaba, así sin más, solo se dedicaron a tratarla mal, verbalmente. Los directores no la llamaban, y ella decía que no podía aguantar un rodaje largo, pero que solo queríamos ver a gente joven, guapa y sana, que podía hacer algún papel en alguna película, y una pequeña colaboración en alguna serie para televisión.
En ese tiempo con su dinero, estaba haciendo una obra de teatro, y decía que le costaba mucho hacerla, pero que a la vez le ayudaba, porque los años que había estado de hospital en hospital y en casa, habían acabado con su autoestima y ahora volvía a sentirse de nuevo actriz, enferma pero actriz.
De tal manera que ha creado una fundación que lleva su nombre para estudiar la AR y todos los años hace una serie de actos para divulgar la enfermedad y que la gente que enferma no se sienta como ella se sintió.
Luego escribió un libro contando su historia desde que dejó el cine en la plenitud de la edad y la salud y su vuelta a enfrentarse con los medios y todos los beneficios son para la fundación. También dijo una frase dedicada a las actrices de su generación: YO NO HE ENVEJECIDO MAL, SIMPLEMENTE HE ENVEJECIDO. No ha querido someterse a ningún quirófano para arreglar ni su cuerpo ni su cara, porque bastante sufre con su enfermedad.
Quién la quiera que sea así, por cierto, también le costó su matrimonio y ahora vive sola con su hija y trabaja en una serie de televisión que se llama “Californicatión”.
En fin salvando las distancias entre una actriz, bella y sexy y una mujer normal, ambas hemos sido maltratadas verbalmente.
Que les den!!!
2 comentarios:
Por poder, hasta podrías haberla mandado a la mierda pero... ¿pa' qué? No ofende quien quiere sino quien puede.
Yo también me tuve que encontrar con esa gente cuando, por la quimio anticáncer, me hinché como un globo y se me cayó todo el pelo; lo único que hice entonces fue tomar nota para borrarlos de mi lista de amigos a quien llamar para celebrar el final de los tratamientos. Hasta hoy.
Pues si que dio para si el encuentro fortuito jajaja. A palabras necias, oídos sordos.
Publicar un comentario