lunes, 18 de febrero de 2013

EL CARNAVAL DIARIO...

 

Ahora que estamos con Carnavales, recuerdo los disfraces de los chicos, recordando cuando los cosíamos las madres, o cuando los comprábamos, a todas iguales.

Hoy en nuestros paseos en pareja, trio, porque Ibón forma parte de ellos, nos hemos sentado en un banco en el paseo, y nos gusta observar a la gente, comentar, somos los dos grandes observadores, quizá Antonio es más que yo, yo soy más de imaginar, quizá por eso me gusta tanto escribir, me imagino quienes son, donde van, de que hablan, y puedo sacar una historia de alguien que veo un segundo pasar por mi lado o sentada en una mesa en la terraza, tengo en mente un hombre que todos los Domingos toma un cortado y lee tres periódicos, sin levantar la vista ni un segundo...

Como os iba diciendo, que me pierdo por mis pensamientos...hemos comentado que no hace falta ser Carnaval para ir disfrazados, continuamente vamos disfrazados, unos más que otros, pero solo tienes que pararte un poco y mirar...

Os voy a contar varios tipos de disfraces, lo que pasa es que quién los lleva no lo sabe, solo queda para la imaginación de quién mira.

El primero: En los días de frio, esas chicas que van con el pantalón bajo de cintura y la cazadora alta...enseñando la piel y algo más, y produciéndote un frio...algunas te gusta verlas, pero otras...irían mejor más tapadas, pero para gustos están las tallas de la ropa.

El Segundo: El chándal, este merecería una entrada sola en mi blog, no lo soporto...ni para el gimnasio, pero lo llevan no solo los chicos jóvenes y los niños, si no un montón de señores mayores, con bastón y van tranquilamente con el chándal y el chaquetón de paño encima...un espectáculo, digno de olvidar.

El tercero: Ahora la Ciudad y muchos barrios se han vuelto multiculturales, como se dice ahora, y aquí en mi barrio hay un montón de nacionalidades, me gusta ver pasar a familias negras, altas, elegantes, muchos muy bellos, con sus trajes coloristas, las mujeres y ellos menos, pero también llevan algunos días sus trajes, los lucen con orgullo, como una seña de identidad, digna de admirar, están aquí pero ni quieren ni deben olvidar sus raíces. Me encanta ver a los niños los fines de semana jugando con sus vestidos, aunque he de reconocer que las niñas, llevan la peor parte, sus vestidos largos y estrechos no son lo mejor para subir y bajar del tobogán y tampoco me gusta que vayan muchas de ellas tapadas con velo, pero siempre que cuando sean mayores, les dejen decidir... me gusta más ver sus cabezas llenan de trenzas, bellísimas.

El cuarto: El de aparentar, ese es muy común, ves, normalmente a señoras mayores, pasear con un abrigo de pieles, que les costaría el sueldo de varios meses de sus maridos, la mayoría o el de ellas, lo llevan con orgullo, llenas de joyas y con el bolso “bueno”. Soy contraria a las pieles pero respeto quién las quiere llevar, pero, señoras llevan sobre su cuerpo mucha muerte, lo que pasa que no les da para pensar en ello. Quizá soy muy dura, pero...

El quinto y por el cual me he decidido a escribir esta entrada es el de una pareja, cuando salia de misa: ella con abrigo de pieles, jersey con lentejuelas, zapatos de tacón, bolso de marca, peluquería joyas...al completo y del brazo del respectivo: pantalón rozado de pana, chaquetón viejo, zapatillas de deporte oscuras y boina, cuando han pasado nos hemos mirado y nos hemos reído, reírse es bueno, probablemente nosotros provocaremos la risa de alguien que nos mire y nos vea...

Pero que le vamos a hacer, esto es la vida...un perpetuo carnaval.

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