lunes, 20 de mayo de 2013

EL SERVICIO DE URGENCIAS



Este es un servicio que conozco desde hace muchos años, y ahora en los últimos 10 días hemos pasado dos noches allí.

Lo que ha cambiado... hay una cuarta parte de enfermos...no me explico, o antes estaban los que no debían, puede ser, o ahora ni siquiera están los que deben, que también puede ser.

Estas noches allí ves y escuchas muchas historias, aparte de la tuya que la llevas tatuada en tu propia piel, y ves como a una chica joven literalmente encogida por el dolor y con el diagnostico de una piedra en la vesícula, la mandan a casa con unos antiinflamatorios y agua, que beba mucha agua, y al día siguiente que vaya a su centro de salud y la envíen por los cauces normales, ¿cauces normales? El marido se desespera, la mujer sigue encogida por el dolor, demudada la cara...nada ahora en urgencias no se opera...de piedras en la vesícula. El marido pregunta: ¿y si tiene una complicación? El médico pone cara de póquer, digo yo que es esa cara, porque nunca he jugado ni he visto jugar, por no decir, cara de no importarle nada y se va...dejando al marido sujetando a su mujer y angustiado y a la enferma casi escurriéndose al suelo por el dolor. Nos llaman a nosotras y allí los dejamos, pero se fueron porque al salir ya no estaban...y preguntamos y nos dijeron que no, que se habían ido asustados pero se habían ido...

Nuestro caso es diferente, sabemos a lo que vamos y lo que tenemos que decir, por prescripción de un especialista, hay que ir a urgencias cuando un “brote” este activo y hacer unas pruebas que de no ser en el momento, no salen, no se puede poner nombre a la posible enfermedad autoinmune...

la primera noche nos atiende un médico muy joven que me dice que esas pruebas, un análisis de sangre, especifico, ya no se pueden hacer en urgencias...y entonces?, pregunto...respuesta, un protector de estomago y esperar 20 días que faltan para la visita al especialista...respuesta, porque aunque no se lo crean, algunos pacientes sabemos más de nuestra enfermedad que algún médico que esta haciendo el MIR, porque no ha dado los síntomas que le describo nada más que en un libro en segundo de carrera, le pregunto cual es su especialidad, y me dice: cardiologia, ah, me quedo más tranquila...oiga no venimos afortunadamente por nada del corazón, no tienen un especialista del asunto que le refiero, con una pantalla de ordenador delante de él, en la que leé o debería todo el proceso incluidas pruebas y peticiones de un especialista...respuesta, otra vez: le doy un protector de estomago y ya la visitaran en las consultas externas. Mi respuesta: sabe que lo tenemos prohibido mientras no tengamos la certificación de la enfermedad? Incluso puede ser muy contra producente si se confirma la enfermedad que usted no esta dispuesto a confirmar porque no manda hacer la analítica pertinente.

La misma cara de póquer en otro médico de urgencias...nos venimos a casa.

A los 6 días volvemos a la misma hora de la noche al mismo servicio, nos atiende una doctora, joven también, se toma mucho interés, leé todo lo que tiene que leer, hace un montón de preguntas, y nos dice con cara de pena, que ahora las pruebas que nos pide el especialista no se pueden hacer en Urgencias, y es un problema porque no se puede diagnosticar el posible “brote”, no obstante, al día siguiente nos dice que nos llamará la especialista para una cita urgente, no esperar tantos días como faltan, fue humana, entendió nuestra desesperación, y que el sistema ahora impuesto, los recortes no permiten hacer las pruebas que necesitamos, al menos por el cauce de urgencias.

Gracias y nos volvemos tras otra noche en urgencias, al día siguiente llama la especialista y nos adelanta la cita para el día siguiente.

Nada más abrir la puerta, pregunta la doctora, sigue en “brote”? Respuesta: no lo sé, no hicieron las pruebas en urgencias, nos dijeron que ya no las pueden hacer...

Salimos de la consulta con el papel para la analítica, pero ahora el “brote” ya no esta, volverá a salir negativo...a ellos les da igual somos un número en un expediente, si sufrimos, si empeoramos, que más les da?

De verdad que hay que sufrirlo para sentirlo...

domingo, 19 de mayo de 2013

SOY REPUBLICANA




El otro día un comentario mío sobre un dictador recientemente fallecido, y lo que me contó una persona que vive y es del mismo País, me hizo recapacitar sobre lo poco que llegamos a conocer las cosas, si no las vivimos en primera persona, sé por los libros, por las noticias, pero no he vivido el día a día, también fui calificada como izquierdosa y aunque no tengo porque esconderme de mis inclinaciones políticas, soy tremendamente respetuosa con las creencias religiosas y políticas de todos, por eso en mi patio, hay varios credos e imagino que votantes de diversos partidos políticos.


Pero soy algo diferente a una mujer de izquierdas, soy REPUBLICANA, quizá hay que haber nacido en España, es diferente a ser de izquierdas y pienso que no se diferencia el término de no haber vivido lo que hemos vivido.


Quiero empezar diciendo que también hay que vivir en tu propio País para entender un poco mejor o un mucho todo. La gente que no es de España, habla de la Guerra Civil, o bien por ideología, o por militar o por lo que ha leído, y según quién escribe ya sabemos hacia que lado inclina la Historia.


Voy a contar una pequeña historia de una familia normal, la mía, pero que es representativa de lo que ha pasado en España, durante la dictadura franquista, porque por mucho que les pese a muchos, fue eso un DICTADURA.


En mi casa no se hablaba de política, jamás, pero en mi familia había unos familiares que cuando se hablaba de ellos, siempre en voz baja y a escondidas, y eran un capitán del ejercito republicano, uno de los últimos en abandonar España, cuando recibieron la orden de disolverse y salir por sus propios medios, porque si se quedaban les esperaba como menos, una tortura en las cárceles franquistas o como la mayoría, un fusilamiento al amanecer en cualquier pared...salió junto a un hermano, teniente del mismo ejercito, y llegó a Francia. Cuando allí se enteraron que a un hermano de ellos y a su mujer, los asesinaron por venganza por tener hermanos en el “otro bando”, y que a la mujer del teniente, embarazada, la habían encarcelado, este volvió a pesar del miedo, no sirvió de nada, lo encarcelaron un montón de años, y su mujer dio a luz en la cárcel a una niña, niña que le arrancaron de los brazos y jamás volvió a ver, sería dada como tantos niños, a una familia adepta al régimen franquista. Los asesinados ni siquiera tuvieron una tumba, como tantos otros, que no saben, donde están sus huesos y ni un nombre tienen.


El Capitán cuando empezaba a recuperarse empezó la Segunda Guerra Mundial, y fue al frente, cuando lo hirieron y no pudo seguir, se alistó en la Resistencia, y lucho por la libertad, con la firme esperanza de que cuando llegaran los aliados entrarían por los Pirineos...cosa que no ocurrió y nos condenó a casi 40 años de amarguras, miedos, muertes, amenazas, retraso, a todo malo y nada bueno, por mucho que algunos se piensen que la dictadura trajo algo bueno a este País. Volvió a España cuando Franco hizo una especie de “indulto” para que pudieran regresar, pero no por su gusto si no por su mujer que tenia familia en Zaragoza, pasaban unos días todos los años, pero él no se sentía a gusto, sabia que se cruzaba por la calle con quién probablemente había denunciado a su familia, al final murió en Francia, País que lo acogió..


En otra parte de la familia, cuando entrabas al salón en una mesita camilla, había una gran fotografía con un marco de plata y un hombre vestido de militar, joven. guapo, capitán también, muerto en alguna estepa rusa, miembro del ejercito sublevado y de la División Azul. El marco contenía en un borde un trocito de la bandera de España, en la esquina. Y delante de la foto había tres cajitas con tres medallas, me imagino que al valor, a mi me atraía verlas, mirarlas, pero no podíamos tocarlas, siempre estuvo presidiendo ese salón, y su madre y su familia hablaba y lloraba con orgullo, podía hablar de su muerto, cosa que en otras casas no podían hacer, ni llorar ni hablar ni una madre podía poner la foto de su hijo caído por luchar contra un ejercito insubordinado con el orden político que estaba completamente legalizado en este País, la República, votada mayoritariamente, con unos derechos como no se habían conocido antes.

Y un hombre, dicen buen estratega militar, dio un golpe de Estado y con parte del Ejercito y ayudado por los fascistas que gobernaban parte de Europa, hundió a un País y acabó con todos los derechos tanto políticos como humanos.


Matrimonios civiles fueron anulados, hijos nacidos de esos matrimonios, fueron declarados ilegales, las mujeres volvieron a salir solo a misa, podía seguir pero son muchos los recortes que la dictadura franquista quito a este país, derecho de huelga, derecho de reunión, prohibió partidos políticos y Sindicados obreros, tantos y tantos derechos pisoteados, Podía seguir con las condiciones de vida que cambió la República en este País, como el voto para las mujeres, por primera vez en la historia, hay muchas que no voy a relatar porque no soy una experta en el tema, pero están escritas y se pueden leer, nada me invento.


Dicen que en la guerra todo vale que es matar o morir, los dos ejercitos hicieron lo que hicieron para ganar. No lo disculpo. Una vez leí que la peor guerra es una entre hermanos, los mismos habitantes de un País, eso genera odios, rencores, muy dificiles de olvidar. No hay que olvidar que no había un enemigo de fuera, si no un hermano, amigo, un español contra otro.


Cuando el ejercito insubordinado, se hizo con el poder, aquí no acabo la guerra, aquí en España empezó el terror, aquí no hubo ganadores y perdedores, aquí hubo vencedores y vencidos.


Y así estuvo Francisco Franco y sus secuaces gobernando este País como si se tratara de su finca, que al fin y al cabo es lo que era.


Años de represiones, de miedos, de detenciones y de asesinatos, no les tiembla la mano a ningún dictador para firmar unas sentencias de muerte, solo porque no piensan como él. No tienen argumentos, solo el poder de avasallar y matar.


Esto no quiere ser una lección de historia, si no, que si me lee alguien que no es de España comprenda un poco mejor lo que ha significado la guerra en este País, ya casi no quedan personas vivas, pero yo he escuchado a muchos republicanos, llorar por la impotencia de pensar que acabaria pronto, que llegarían y nos “salvarian” igual que hicieron en el resto de Europa, cosa que no ocurrió y poco a poco comprendieron que el dictador, moriría matando, como así ocurrió.


Aquí no se juzgó a nadie, nadie ha pagado nada. No solo eso si no que el dictador, nombra a una persona, en este caso a un rey, para sucederle, y lo votan las Cortes franquistas, que legitimidad tiene? Lo primero que hace es decir que nadie será juzgado por lo pasado...eso para los franquistas claro, y luego le da un título nobiliario Duquesa de Franco a su viuda, ahora heredado por su hija y luego heredado por sus hija...Algo insólito, en este País, que dicen que es diferente, tenemos y vivimos con la familia del dictador y con la real...


Un juez ha intentado “mover” este asunto y ha sido incapacitado para seguir...a muchas personas no les interesa que siga adelante, así no se puede avanzar, aunque ya no estén los padres ni los abuelos, las familias siguen teniendo privilegios que no son suyos, son robados.


Por eso soy REPUBLICANA, porque para mi no tiene ningún valor este rey puesto por un dictador, porque una vez muerto el perro se acabo la rabia...porque después de morir el dictador, debería de haberse instaurado la República, que es la gran perdedora de esta historia, la quitaron a la fuerza, y nadie la nombra, o pocos, ahora con los escándalos del rey y familia, parece que hay más voces en contra.


Somos una generación nueva, que hemos nacido en la dictadura, y nuestros hijos que han nacido en democracia, saben que hay muchas heridas abiertas que no se cerraran facilmente y menos mientras siga habiendo un régimen político a todas formas, impuesto por el dictador.


Hace muy pocos días leía que los nietos de los judíos “marcados” al entrar a los campos de concentración, se estaban tatuando el número de sus abuelos, para no olvidar, pues eso, no olvidemos¡¡¡

También he leído alguna vez que para curar las heridas de una guerra civil hace falta que pasen generaciones, quizá un día los futuros españoles no tengan en su memoria todo el horror que nosotros, sin haberla vivido, la hemos escuchado. Y hemos visto plazas, calles, monumentos del dictador, aún quedan...y también en todas las iglesias del País, en todas, había un monumento con los nombres de los caídos del bando nacional, los insubordinados...y los otros, los que defendieron con su vida la legalidad, muchos de ellos enterrados sin nombre, y a día de hoy sin encontrarlos sus familias...que pena, que vergüenza, que horror.


No es un declaración política, simplemente no quiero equivocaciones, digo en mis escritos, mis libros favoritos, mis películas, poesías, música, y ahora también para evitar nombres diferentes hago mi declaración política y me nombro como lo que soy, REPUBLICANA.


Y pido mi derecho a serlo y mi respeto a ser lo que quiera igual que yo respeto lo que cada uno piense y quiera ser.



Aquí dejo un artículo de Arturo Pérez Reverte sobre la División Azul, que con sus palabras explica mejor lo que somos en este país, llamado España.





Patente de corso


Recordando Krasny Bor



Mi abuelo paterno, que era uno de esos republicanos de antes, cultos, viajados y con biblioteca, escéptico como todo hombre sabio, solía repetir una frase que yo, de pequeño, no alcanzaba a penetrar del todo: «Los españoles sólo servimos para salir en los cuadros de Goya». No fue sino más tarde, cuando leí libros, viajé y me familiaricé con cuadros como los del 2 de Mayo en Madrid o el Duelo a garrotazos, cuando comprendí a qué se refería mi abuelo, y por qué, entre todos los pintores españoles, utilizaba a Goya como clave lúcida. Como amarga referencia.

Hace unas semanas hice un experimento. Se cumplían 70 años de la batalla de Krasny Bor, cerca de Leningrado, donde 5.000 españoles de la División Azul encajaron el ataque de dos divisiones soviéticas integradas por 44.000 hombres y 100 carros de combate: una compañía aniquilada, varias diezmadas, oficiales pidiendo fuego artillero sobre su propia posición por estar inundados de rusos. Abandonados a su suerte, durante todo el día pelearon como fieras, a la desesperada. Casi la mitad murieron o desaparecieron, pero frenaron a los rusos, les hicieron 10.000 bajas y obtuvieron de Hitler este comentario: «Extraordinariamente duros para las privaciones y ferozmente indisciplinados». Y, bueno. Tales son los hechos y así los conté en la red social Twitter, donde recalo algunos domingos, añadiendo que entre los divisionarios no todos eran voluntarios falangistas, pues también había ex combatientes republicanos y gente que se alistó por hambre o para ayudar a algún familiar encarcelado o en desgracia. Añadí que la causa que defendían era infame, pero eso no alteraba el hecho básico: eran compatriotas, estaban en el infierno y pelearon con bravura admirable. «Quienes nos gobiernan deberían prestar atención a esas cosas -escribí-. La Historia ha probado mil veces que no hay nada más peligroso que un español acorralado».Lo interesante vino luego: tres mil opiniones de tuiteros. Yo había mencionado un hecho histórico, destacando un coraje y una tenacidad independientes de tiempos o ideologías. Algo que ocurrió y que está -debería estar- en los libros de Historia por las mismas razones que la toma de Tenochtilán, el saco de Roma o la liberación de París por los republicanos españoles de la Nueve. Y sin embargo, no pueden imaginar la que se lió en Twitter: los insultos y descalificaciones entre quienes discutían. Algunos me incluyeron, claro. Eso fue lo más revelador: ultraderechistas acusándome de rojo por haber calificado de infame la causa que la División Azul defendía en Rusia, y ultraizquierdistas acusándome de facha por hablar de la División Azul en vez de sepultarla en el negro olvido. Y entre unos y otros, docenas de tuiteros tirándose los trastos a la cabeza con argumentos ideológicos, orillando el hecho principal: el episodio histórico, su épica objetiva y su interesante consideración. La Historia, en fin, que no es buena ni mala, sino llave para comprender el pasado y el presente. Y a veces, para prever el futuro.Así que una vez más recordé las palabras de mi abuelo. Pensé en Goya. En ese cable suelto que los españoles llevamos sumergido en bilis en algún lugar del corazón. En ese rencor cainita, desaforado, siempre dispuesto a simplificar el mundo en un estúpido nosotros y ellos. En esa necesidad nuestra, no de vencer y convencer, sino de vencer y exterminar al vencido. Borrar hasta su huella. Fusilar al que levanta las manos, en vez de ofrecerle un pitillo y mirarlo a los ojos. Prueben a elogiar en público el valor de moros y cristianos en Las Navas, o el de republicanos y nacionales en El Ebro. Saltarán voces criticando la igualdad de trato, la falta de etiqueta diferencial, la ecuanimidad ante el valor y el sacrificio, como si éstos tuvieran que depender de ideologías para ser admirables. Nadie puede ser admirable si no pertenece a mi bando, es la lectura final. Esto repugna y entristece, porque no es de ahora. Pese a lo que afirman los tontos, no lo inventó Franco, ni la República: viajemos a la Dictadura, a las guerras carlistas, a Fernando VII, a la Inquisición. En pocos lugares de Europa hubo tanta saña y tanta vileza. Mientras en otros países -también en eso envidio a Inglaterra- la inteligencia o el valor del adversario son a menudo motivo de admiración y respeto, en España no hacen sino aumentar la envidia; la ira de quien, una vez dueño de la trinchera, remata la faena con toda clase de vejaciones introductorias al tiro en la nuca. Tiro que, por otra parte, aplica con más entusiasmo quien nunca corrió riesgos antes. Quien más lejos anduvo, durante el combate, del verdadero campo de batalla.

viernes, 17 de mayo de 2013

LOS HERMANOS

 

Tengo una idealización con este parentesco, quizá porque yo no tengo hermanos y al ser hija única siempre he tenido esa falta, hay muchas personas que dicen que jamás han echado en falta a un hermano, yo muchas veces, de pequeña porque no tenia a nadie con quién compartir mis juegos, de adolescente porque no tenia con quién compartir mis confidencias, de adulta con problemas porque no tenia a quién recurrir, cuando mi padre falleció, es muy triste que te lo comuniquen, estar sola en la misma habitación con él, llorar sola. Y reír, juntarnos en comidas, celebraciones, compartir, lo bueno y lo malo, las alegrías y las penas, compartir la vida¡¡¡

Sabia que no iba a tener solo un hijo, no quería que tuviera mis carencias, he tenido dos, hubiera tenido más, hubiera adoptado, es una historia sin terminar en mi vida, hubiera tenido más hijos, siempre he querido ser madre, y que ellos tuvieran hermanos, que palabra tan bella.

Ahora veo a mis hijos, que se llevan 9 años que son chico y chica y evidentemente no han compartido muchas cosas pero ahora que los años los acercan, los veo cómplices, unidos, contándose sus cosas, riñendo, confiando el uno en la otra y viceversa, hoy mismo hablaba con ellos y les decía que cuando me vaya, me iré más tranquila porque sé que no se quedan solos que siempre se tendrán el uno al otro, que no se dejen aunque tengan parejas, problemas, porque todo pasa, pero la familia es lo único que permanece. Siempre serán hermanos. Bella palabra.

Mi madre tenía 11 hermanos, siempre la he visto rodeada de ellos, ahora ella es la mayor, han fallecido muchos, pero aunque no se ven lo que quisieran mantienen sus conversaciones telefónicas diarias, saben unos de otros.

Mi padre ya no esta pero su hermano mayor, lo sigue echando de menos, me cuenta de él, lo que paseaban, jugaban a la petanca, compartían los domingos en el campo de fútbol, aunque uno es del Madrid y el otro era del Barcelona. Todos los días lo echa de menos.

Tiene que ser doloroso ver que se van, mi madre me dice que es un dolor que me voy a evitar, pero no sé si vale la pena en comparación de todo lo que me estoy perdiendo.

También es verdad que hay hermanos que no se hablan, que se critican que se hacen daño unos a otros, no lo puedo entender, jamás lo entenderé como puede haber odio de unos hermanos hacia otros...

Nada ni nadie lo justifica, quizá por mi imagen idealizada, quizá, pero decirles a quién lea esto y tenga hermanos con los que no se hable, que no permita que el resquemor deje perder algo tan maravilloso como la familia, los hermanos.

Cuando veo esas familias que se hacen mayores y siguen reuniéndose, viéndose, compartiendo la vida, con sus hijos, me dan mucha envidia, yo no lo puedo hacer por eso les digo a mis hijos que ellos lo hagan y a los que tienen hermanos y no se hablan, que no creo que exista nada en el mundo para dejar de hablarse con un hermano, excepto la mezquindad y la envidia, y esas palabras deben de estar muy alejadas del sentimiento de las familias.

martes, 14 de mayo de 2013

LOS DIAS DE...




Ahora esta de moda tener un día para cada cosa.

Algunos una solemne tonteria, no hay que tener día del padre, día del abuelo, día de la madre, dia, de tal o cual, porque todos los días deben de ser importantes y tenemos que tener el recuerdo de esas personas todos los días del año.

Pienso que es un marketing de ventas de los grandes almacenes.

El dia del trabajo, ahora deberia de haber otro del día del parado, de la ama de casa...

Ahora hay otros días más tontos, los días de la sonrisa, los días de los abrazos, es que nos hemos vuelto idiotas? Se puede ser más absurdo?.

El próximo día 18 será el dia de los museos...será gratis entrar a ellos, eso esta bien, porque hace un rato comentaba con una vecina de nuestro patio que no deberian de poner precio a la cultura, y entrar en los museos es caro, no los puedes ver en un día, solo una exposición, pero vamos hacia el pago por todo, como las bibliotecas, este año, hemos pagado para poder traernos libros a casa.

Pero también hay días que considero que son importantes, muy importantes, son los días en los que se recuerdan a las enfermedades silenciosas, poco cómunes, las que nadie conoce y nadie las nombra a no ser que tengan cerca alguna persona con una de ellas o ellos mismos las sufran.

Poner voz a quién no la tiene, que se sepa su sufrir, como dice la canción...que la gente que desconoce los sintomas, no nos tome por quejicas o por lo menos escuche en la tele, que es lo que más sucede en este País, que tenemos motivos para estar malos, que no nos inventamos los síntomas, otra cosa es que no estemos diciendolo a todas las horas, que nos pintemos las ojeras de una noche sin dormir por el dolor, que nos tapemos la cara con unas grandes gafas de sol o que solo salgamos a la calle el día que nos encontramos mejor.

En estos tiempos que estamos viviendo en la sociedad, con recortes terribles en sanidad, muy temidos por los enfermos crónicos y ya hechos realidad, el poner el dia de...se queda en una mesa con algún folleto en la entrada de algún hospital, un leve comentario en el telediario, y poco más.

El día a día con los recortes nos esta matando más que las enfermedades que padecemos, o nos estan acelerando el proceso, porque no hay dinero para investigar, porque recortan en medicamentos y en especialistas, porque nos van apartando cada vez un poco más, porque no les resultamos rentables.

Ahora lanzo una idea, el día del crónico, de ese que se pasa la vida en médicos, pruebas, hospitales, rehabilitación, farmacias, medicaciones, y ya sin la Ley de Dependencia, muchos de ellos dejando la medicación porque no la pueden pagar, dicho por los propios farmaceuticos...El día del pobre, otra idea...

domingo, 12 de mayo de 2013

LA ROPA


La semana pasada consumé el cambio de estación. Tras dos días con temperaturas superiores a los 25 grados, decidí que había llegado el momento de guardar los jerséis y los abrigos. Es la hora del color, de la levedad, la hora de las sandalias y de las camisetas. Pero esta operación inevitable implica tomar una serie de decisiones esenciales. En los armarios el espacio es siempre el mismo mientras que la ropa, con los años, aumenta de modo exponencial. Mi abuela hacía punto con destreza, mi madre era una virtuosa del bordado y yo nací en pleno invierno: recibir suéteres y bufandas por mi cumpleaños fue un ritual que se prolongó durante décadas. Seguramente tengo más de los que necesito. Pero cuando los veo allí, apilados en sus bolsas de plástico, no logro hacer ninguna criba. Cada uno de esos jerséis tiene su propia historia, que a su vez es parte de la mía.

Ahora que la crisis ha echado el freno a la idolatría de los objetos y a la obligación de atesorar a toda costa un montón de posesiones totalmente superfluas, quizá haya llegado el momento de reflexionar sobre el verdadero valor de las cosas. Recuerdo que mi abuela, nacida a principios del siglo pasado, hacía acopio de todo tipo de gomas elásticas, alfileres, cintas, botones, sin tirar nada a la basura. ¡Y eso por no hablar de la comida! No se desperdiciaban ni las sobras. Las cosas se respetaban y se conservaban porque eran útiles. En un mundo que se ahoga entre lo inútil y lo efímero, es fácil dar tumbos de un lado a otro, de la infelicidad por no lograr tener todo lo que se nos ofrece hasta, en el extremo contrario, el desprecio por todo lo material.

Dado que ambas posturas están muy alejadas de mi forma de ser, hace tiempo que elegí una tercera opción, que podríamos llamar “la vía del agradecimiento”. Doy las gracias a mis suéteres, porque cada uno de ellos me habla de quien me lo regaló, de la oveja que aportó la lana, de las personas que trabajaron para teñirla, de los muchos inviernos en los que me resguardó del frío. Albergo el mismo sentimiento con mi coche. Lleva 10 años funcionando perfectamente y espero que lo siga haciendo al menos otros 10. Cambiaré de coche solo cuando me vea obligada a hacerlo (es decir, cuando ya no arranque más) y será, en todo caso, un momento doloroso.

Amar las cosas nos evita acumularlas por una simple cuestión de bulimia y vacío interior. Nos impide derrochar tirando objetos que son aún perfectamente útiles. Nos disuade de agotar los recursos naturales y de aumentar la cantidad de residuos reciclados. Hay que respetar las cosas por su historia, por la energía y el esfuerzo que se han invertido en su elaboración y por el papel que desempeñan en nuestra propia vida. Desde la cafetera de la mañana hasta la cama que nos acoge por la noche, nuestros días están llenos de estos humildes y amables servidores. Ser conscientes de ello (y estar, por tanto, agradecidos) nos espanta para siempre ese gran error consumista que querría lo contrario. El hombre al servicio de las cosas y no las cosas al servicio del hombre.

P. D.: Debemos estarles agradecidos a los objetos que nos han acompañado a lo largo de nuestra vida, rebelándonos contra ese dictado del consumismo que impone la norma de “usar y tirar” a todas nuestras cosas. Ellas forman parte de nuestra memoria y de nuestra historia personal.



Ayer cuando leía este artículo que os pongo de Susanna Tamaro, recordaba las tardes de invierno, en la cocina haciendo los deberes, con mi madre sentada en una silla baja, haciendo jerséis, me hacía continuamente, de todos los colores, recuerdo especialmente uno de lana de terciopelo en color amarillo, nos lo hicieron igual a mi amiga Olga y a mi, nos encantaba ir a misa y llevar el mismo jerséis, cada una hecho por su madre.

A raíz de eso me he acordado de mi vida escolar, siempre he llevado uniforme, y soy partidaria de él, en años no fáciles, muchas familias resolvían de un vez la ropa de sus hijos para el colegio.

No como ahora que tienes que preparar un montón de ropa para cada día de la semana, los días de deporte chándal, deportivas con determinada suela. De todo, y además me dí cuenta, de las grandes diferencias que se notaban en los niños.

Vivíamos en un pueblo con muchos emigrantes y cuando empezaban a llevar a sus hijos al colegio, ya sabemos lo crueles que los niños son, les decían, siempre llevas la misma ropa, porque no tienes más pantalones?, cualquier cosa que a un niño le duele y lo hace diferente, y lo que es peor lo hace sufrir.

Recuerdo a mi hija preguntándome porque fulanita siempre llevaba la misma ropa, si su mamá no se la lavaba, le expliqué que su mamá, la lavaba por la noche y la secaba al calor de una estufa de leña por eso la ropa de esa niña olía diferente y eso hacía que los demás se rieran de ella, mi hija nunca lo hizo si no que la defendía ante los demás.

Otro momento en el que me dí cuenta fue cuando llegaron los Carnavales, muy arraigados en el lugar donde vivíamos, allí había muchas diferencias, entre el super modelo de unos grandes almacenes, caros y el que su madre le había apañado cualquier cosa. Nuevas risas, nuevos rechazos...

Ese año yo estuve en la Junta del Colegio y propuse que se hicieran los disfraces en el colegio, con cualquier cosa, y simplemente pintados, pero TODOS iguales. Luego cuando la fiesta era en el teatro del colegio que cada familia hiciera lo que pudiera o quisiera pero en el colegio no podíamos fomentar tantas diferencias.

Ese año, los padres, algunos, pocos, como siempre, preparamos con bolsas de basura negras, disfraces de payasos, para todos, pegamos cartulinas de colores e hicimos los gorros con las mismas cartulinas, nos disfrazamos varios padres y profesores para cuidar de ellos, con bolsas de basura grandes y los pequeños con las pequeñas. Fue muy divertido y muy bueno para todos ellos, no había diferencias, todos iban igual.
Yo sé que una niña, en concreto ese año fue muy feliz, porque no se burlaron de ella, lo sé porque su madre me lo dijo.

Recuerdo cuando en mi colegio la única diferencia era si llevabas una diadema o un lazo, de color azul marino por supuesto, y que querías ser de las “mayores” para poder llevar calcetines cortos en vez de largos, como llevábamos las pequeñas.

jueves, 9 de mayo de 2013

EL MACHISMO



Esta palabra engloba mucho, demasiado dolor, rabia, impotencia, maltratos, tantas cosas, y ninguna buena.

El machismo esta en muchos aspectos de la sociedad, en muchas cosas, en demasiadas parejas, en puestos de trabajo, aunque diariamente luchamos contra él, poco a poco vamos o intentamos reducirlo, pero hay situaciones en las que impera.

Después de unos años alejada de él, tan frecuente en el ambiente en el que me movía hace unos años, consentido y aprobado por la sociedad y bien visto, he vivido hoy en mi persona un caso que tengo que escribirlo y decirlo, para que sepamos que está, que sigue, que hay muchos hombres que se sienten hombres haciendo inferiores a las mujeres.

Esta tarde hemos tenido una reunión de la junta de vecinos, de la que soy vicepresidenta, la única mujer entre 4 hombres, 3 rondando los 60 años y uno de unos 40, el administrador de la finca.

He llegado y el único que me ha saludo a sido el administrador, los demás han seguido hablando y ni han contestado, es también algo común al machista, que lleva unida una falta total de educación hacia las mujeres, para que le vamos a contestar a “esta”.

He visto como el presidente de la comunidad, ha conseguido como el Macho Alfa, el dominante de la manada, reducir a meros espectadores a los dos vocales, y a mi ni me ha mirado, ha empezado ordenando y tratando de hacer las cosas como se deben de hacer, como dice él, claro, pretendía que no se votara nada, que nada llegara a la reunión general con todos los vecinos, y firmar él, lo que él quisiera, lo que él decidía. Los otros machos, asentían sumisos.

Y yo, la única que estaba sentada, ya que ellos parecían estar en la barra de un bar, de pie, le he rebatido todas y cada una de las cuestiones que él, el machista, ha querido imponer.

Hablo muy claro, se me entiende muy bien, he hablado en público muchas veces he tratado con muchas gentes y conozco, desgraciadamente a los hombres como él, los que no se atreven a mirar a una mujer a los ojos, los que no nos miran porque les parece un desafío que nosotras los miremos a ellos, se incomodan, no están acostumbrados a que una mujer les diga que lo están haciendo mal.

Todos los puntos que él pensaba reducir a nada, se le han venido abajo, porque le he dicho una y otra vez, que así no, y con la intervención del administrador, dándome la razón, no le ha quedado otra que rendirse a la evidencia. No iba hacer lo que él quería.

Ni una sola vez se ha dirigido a mi, me ha ignorado, me he sentido maltratada por ese energúmeno del genero masculino, que afortunadamente cada vez cunde menos, aunque los hay.

Ha presumido de ser presidente de no sé cuantas cosas en su pueblo...y yo con una sonrisa encantadora le he dicho con la voz muy suave, que si todo lo hace como lo ha hecho en este año en nuestra comunidad, no lo debe hacer muy bien, porque en todo el año ha aparecido para nada, porque todas las quejas y demás me han llegado a mi. Y él con esa suficiencia de la ignorancia ha dicho, sin mirarme, que trabaja y los domingos son suyos. Le he contestado que los míos también son míos, y en cambio le he hecho “su” trabajo. Ha seguido sin mirarme.

Ahora que va a ser el final y tenemos que ir a la reunión con todos los vecinos, aquí si que va a venir, a presumir de su labor de presidente. Aquí llegará con sus andares y queriendo darse la importancia que se cree que tiene, porque he conocido muchos machistas, muchos con buenos puestos, con un alto poder adquisitivo, pero todos tienen en común, que son inseguros, que tienen miedo de una mujer, por eso nos ignoran o maltratan.

Si no me ha entendido lo claro que le he expuesto todo, ese día tampoco lo hará, pero desde negarse a poner una barandilla en la rampa, para ayudarnos los que tenemos problema de movilidad, hasta contratar un nuevo portero pasando por una subida de gastos de comunidad, va listo, se va a encontrar enfrente de él, a un grupo de vecinos, casi todos mujeres, que se lo van a comer, como intente decir las sandeces que hoy ha soltado delante de los otros machos sumisos y de una mujer a la que no se a dignado ni a tratar con la educación que de vecinos corresponde.

Le he dicho que no solo no va a la reuniones si no que además no lee los informes que nos mandan, lo ha reconocido, al administrador, claro a mi ha seguido ignorándome, diciendo que tiene mucho trabajo.

He vuelto con un mal gusto de boca, de ver a personajes así...menos mal que en una comunidad tan grande como esta es difícil que vuelva a verlo, si lo veo, lo ignoraré no por falta de educación, si no porque no quiero ningún trato ni siquiera el del saludo con un hombre como ha demostrado lo que él es.

Solo me gusta una cosa, el día de la última reunión, cuando dejemos los cargos, no tendré que mirarlo a la cara como he hecho durante toda la conversación, porque soy de las personas que me gusta mirar a los ojos de la persona con la que hablo, ya que la mesa es larga y no lo tendré enfrente.

Ha amenazado que si duran los temas más de 10 minutos, se irá. Ojalá lo haga.

Cuando me he despedido le he dado la mano a todos los hombres menos a él, cuando me he girado para volver a mirarlo a los ojos, estaba hablando por teléfono, una falta más de la educación de este hombre que hoy ha vuelto a dejar muy claro que sigue existiendo el machismo, tan despreciado por mi.