sábado, 30 de noviembre de 2013

CANSADA ESTOY...DE INJUSTICIAS

 

De muchas cosas y muchos comentarios, pero hay unos en especial que me resultan insoportables, los estereotipos no responden al tipo medio pero hay uno que quiero reivindicar en este mi pequeño espacio que es mi blog.

Es el de que las mujeres al separarse le quitan a su ex, TODO, lo dejan sin nada incluso sin los hijos...habrá de todo desde luego, pero creo que llevamos la fama todas las que hemos pasado por un divorcio y eso no esta bien.

Uno de los éxitos, creo, de Belén Esteban, es que muchas mujeres se identifican con ella, la forma que salió de la casa del padre de su hija, esas bolsas de basura, con sus ropas, la de la madre y la hija, amontonadas en el portal de la casa de sus padres, volver al barrio, dormir en un sofá, sin querer sacarle al torero, nada, más que lo que consideraba que tenía que pagarle por su hija, pero con todo que es un personaje que a mi no me gusta, por la explotación que ha hecho de su vida, no la critico, porque si a otras nos hubieran dado un medio quizá habríamos denunciado hechos vergonzosos de los padres de nuestros hijos. Admiro que dice que no ha tocado nada del dinero del padre de su hija que todo lo guarda para ella. Otras no han podido, lo han necesitado para comer, para pagar medicaciones, para vivir.

Conozco un caso muy claro, de mi amiga María, hay muchas mujeres que se han sentido maltratadas en su vida matrimonial y a la hora de un divorcio, por unos jueces que no han velado por lo mejor para los menores, si no que se han dejado manipular por un buen y (caro) abogado ante uno de justicia gratuita que defendía a la madre...

Lo que es una vergüenza, es que un hombre, con una gran nómina, con un puesto fijo, se fuera de casa pasando a su ex sin trabajo y a una hija menor de edad, con la cantidad fijada por una jueza, que no les permitía pagar ni la luz de una gran casa que era la que vivían la madre y la hija, casa que tuvieron que tener dos inviernos sin calefacción porque no podían encenderla, no le importó a ese padre que su hija pasara frío, que tuviera que hacer los deberes con guantes de lana.

La madre, como todas, se sacrificó hasta lo indecible, para que su hija saliera y tuviera para tomarse algo con las amigas, y cuando un problema médico que le costaba la medicación lo que el padre le pasaba para un mes, le pidió a él para su hija, y le dijo que NO, que ya le pagaba lo estipulado.

Dos veces le dijo que NO, las dos veces, esa madre pidió para esa hija común, y las dos veces el padre se negó, la segunda vez fue para pagar los libros del colegio.

Gracias a que entonces los bancos daban créditos a cualquiera, pero había que pagarlos. Esa madre, acostumbrada a tener suficiente para tener cubiertos todos los gastos y más, se vio sin apenas nada...fue a los Servicios Sociales y le ayudaron con 111, 18 Euros mensuales, para ayuda para su hija. Una persona le preguntó si no le había dado vergüenza ir a pedir, y más en un pueblo donde todos se conocían, y ella con esa dignidad que caracteriza a las personas que tienen la razón, dijo que no, que le vergüenza la tenía que sentir el padre de su hija, que teniendo la hacia pasar penurias, por hacerle daño a la madre, no dudó en hacérselo a su propia hija. ¿Qué nombre tiene eso? MEZQUIDAD.


Ella no encontró trabajo, en nada, las que ella creía amigas, con poder económico, con tiendas, con farmacias, no le dieron trabajo...una cosa es tener relación y otra dar trabajo, esta mujer lo entendió así, y no les guarda rencor.

Es la persona mejor que conozco, no les desea nada malo a quiénes la ignoraron e incluso humillaron, ella hizo todo lo posible para que su hija no se sintiera diferente.

Nunca le hablo mal del padre, nunca le dijo que no tenía dinero para gasolina para llevarla al colegio, nunca le dijo que no quedaba nada en la despensa, excepto patatas y huevos.

Y la hija no sabía que esa madre no dormía pensando que parte de lo poco que le pasaba su padre se iba para pagar el préstamo del banco...

Años duros, muy duros, hasta que su hija creció y comprendió y preguntó...nunca le ha dicho la madre todo, NUNCA.

Pero esa mujer tiene muchos recuerdos amargos que le queman, como cuando el padre de su hija le dejó en el patio de su casa, la ropa en bolsas de basura, de otra casa que tenían.

No ha sido un buen marido, ni un buen padre, ni una buena persona, una persona de bien, le dice a la madre de su hija, que vaya a esa casa y que se lleve los recuerdos que tiene allí, que son muchos, de familia, de regalos, le llevó la ropa pero nada más, todo lo que hay allí le corresponde a ella, la mitad, nunca se lo ha reclamado.

Nunca le ha pedido nada para ella a su ex, ha vendido todas las joyas que tenía, eran bastantes, y le han permitido ir tirando...

Por eso creo que el personaje de Belén Esteban, lleva a muchas mujeres detrás, es como si todas las mujeres que no han sido tratadas justamente, llevan un trozo de la voz de Belén, se sienten como si ellas hablaran a través de su voz.

El día que vi las bolsas de basura en casa de esa mujer, recordé a la del barrio de San Blas, desde ese día he admirado a esa mujer, que ha pesar de todo siempre tiene una sonrisa.

Y habla con el padre de su hija, y se niega a pedirle nada de lo que él tiene de ella, total, todo es material y ella tiene lo mejor, la DIGNIDAD y el VALOR que a ese hombre le han faltado, solo ha tenido valor para maltratarla a ella y la dignidad no sabe ni lo que significa, aunque haya ido a la Universidad.

Ella muchas veces se ha preguntado si dormirá bien el padre de su hija, creé que sí, él es así.

Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío, han pasado muchos años, pero tengo la seguridad de que esa mujer no se vengará del hombre que tanto daño le ha causado, lleva las heridas muy marcadas y no quiere que se le abran.


Y como me caliento mucho con estas injusticias, aquí termino esta entrada, pensando en las muchas mujeres que después de un divorcio se quedan con menos de lo que les corresponde, con mucho menos, excepto con la verdad, que siempre será suya y espero que con el amor de esos hijos por lo que ellas han dado todo.




martes, 26 de noviembre de 2013

UN PUESTO DE TRABAJO

 
 
En días pasados, la comisión que salió elegida para buscar a un nuevo portero de mi comunidad que tiene unos trescientos propietarios, nos reunimos, para hacer una entrevista a once candidatos.

Once historias, once ganas enormes, once necesidades. Oímos contar en el poco tiempo que se les dedicó a cada uno, un poco de su historia, vimos su curriculum, y poco más.

Conforme pasaban los candidatos, me encontraba peor, teníamos el destino profesional y la vida familiar de once personas, quizá alguna o más de una, no tendrá otra oportunidad en los tiempos que corren...

Ninguno de ellos preguntó cuando se ganaba...lo importante era conseguir un puesto fijo.

Al final, cuando los candidatos se habían ido, llego la decisión...de siete personas que habíamos sido elegidas y el Administrador, solo dos tomamos notas...los demás no se acordaban si les gustaba el candidato número uno o siete...así no se pueden ni se deben hacer las cosas.

Luego, tras deliberar, no mucho, elegimos a cuatro, teníamos que presentar a la Junta general tres, así que uno menos...

Y de pronto, alguien dice: no lo llevamos a la Junta General, lo elegimos nosotros...el administrador dice: para mí, mejor, menos trabajo, cuando él cobra aparte por las reuniones, incluso el recibo de aparcamiento...y yo soy la única que digo que no, que no podemos, que hemos sido elegidos SOLO para la selección, ni caso, dos personas mayores, dos chicos jóvenes, dos hombres de mediana edad no querían “perder” el tiempo en una nueva reunión. Insisto, me quedo sola, ganan ellos.

Entre dos candidatos, se vota a mano alzada y hay empate ya que uno se abstiene y el Presidente no quiere ejercer su derecho a votar por segunda vez.

El administrador, dice, pues este!!!!!El que él quería desde el principio, porque yo como una espectadora me daba cuenta que va manipulando a los demás hasta llegar al candidato que él quería.

Por tres veces hice constar mi desacuerdo con las formas, incluso dije que si me hubieran dicho que tendría la responsabilidad de elegir a un trabajador para la comunidad habría rechazado el ser seleccionada.

Volví a casa con su sabor amargo, no dormí bien, demasiada responsabilidad, que tenía que ser repartida entre todos los propietarios.

A la mañana siguiente le pongo un correo al administrador, explicando punto por punto porque esa selección no es válida y luego lo llamo por teléfono.

Me dice que lo ha llamado el Presidente y ahora quería hacer valer su derecho al segundo voto, y le ha dicho que ya no puede ser, que vamos a ir a lo que le había dicho desde el principio el día anterior: reunión de la junta general de propietarios.

Os parecerá una tontería pero me quedé mucho mejor, más tranquila, como con el deber bien hecho. Que decidan todos a quién quieren de los dos candidatos, las condiciones, todo.

Me dí cuenta de lo poco que nos importa, casi nada de los demás, no sé si tendrán muchos quehaceres, pero la responsabilidad es lo primero. Parece ser que no es así.

Me he dado cuenta que tampoco me gustaría trabajar haciendo entrevistas de trabajo, me duelen las historias, veía los nervios en las manos, la angustia en los ojos, la necesidad de un trabajo, y saber que todo depende de ti, no, no querría esa responsabilidad, me afectan mucho los problemas de los demás, voy más allá de la breve entrevista, pensaba en las familias, en la necesidad, en la edad de algunos candidatos, en qué quizá sería su última entrevista, porque por la edad, ya no los van a llamar a trabajar...Una pena en estos tiempos tan malos que estamos viviendo.

Una persona será feliz, una familia será la afortunada de tener un trabajo fijo, nada cansado no mal pagado, y sobre todo, la seguridad de cobrar todos los meses. A primeros de mes, recibieran el mejor de los regalos en estos tiempos: un trabajo fijo. Enhorabuena al elegido!!!!



 

miércoles, 13 de noviembre de 2013

CONVERSACIONES EN UN BANCO



Mis paseos son alrededor de unos bancos, me marcan los tiempos, antes de salir de casa, trazo el camino a empezar, según los bancos, si los hay voy, si no, no, necesito sentarme tanto o más que andar, por eso me conozco los bancos de las calles que recorro y en las que no hay, hace meses que no las piso...

Cuando me siento, suelo elegir los que no hay nadie, pero a veces no es posible, o enseguida se sientan, y la gente tenemos unas grandes ganas de comunicarnos, de hablar, con extraños, quizá es más fácil que con los cercanos o quizá los cercanos no los escuchan, que puede ser...

Lo primero que me preguntan, todos, sin distinción de sexo... es, que me pasa...que soy muy joven y que qué coja voy, todos deducen que tengo la rodilla mal, y yo no los saco del error. Asiento y digo que sí, que tengo mal la rodilla, luego me preguntan si me van a operar y sin esperar la respuesta me dicen: pues ahora con los recortes, ya veremos, porque tal y cual. Luego sigue una conversación que suele ser un monologo sobre sus diversos problemas de huesos, operaciones suyas y de conocidos y de dolores...vamos lo mejor para alguien como yo. Pero son las conversaciones de los bancos. Tengo que decir que suele ser gente mayor, la gente joven o la de mediana edad...no se sientan, en eso también soy diferente...vamos que de un retazo de conversación me han diagnosticado, y me ponen en lista de espera para operarme la rodilla. No esta mal.

Escucho, me gusta escuchar, con los años he pensado que si hubiera sido una buena psicóloga, porque le gente se abre conmigo, me cuenta cosas, sin preguntar, me gusta escuchar y mirar a la gente a los ojos, incluso cuando no los conozco, a muchos de ellos de vista, algunos nos saludamos al cruzarnos, pero la mayoría desaparece de nuestros paseos y conversaciones...triste pero real.

El otro día fue diferente, me senté junto a una mujer un poco mayor que yo, enseguida llegó la consabida pregunta, qué que me pasa, y tal...no doy explicaciones, digo que tengo mal la rodilla, al final me podré curar y quedarme “solo” con la rodilla mala, tanto decirlo...Y luego empezó a decirme que llevaba más de treinta años viviendo fuera de Zaragoza, por el trabajo de su marido pero que ahora ya jubilado habían vuelto, y no se encontraba...había echado tanto de menos la ciudad y ahora se sentía una extraña.

Me sentí identificada con ella, la mujer siguió contándome que aquí se encontraba sola, que la gente va a lo suyo, que no tiene amigas, que en el pueblo tenía su cuadrilla y que cada día de la semana tenía una actividad y aquí las horas pasaban muy despacio, sus hijas se habían ido de casa, y ahora esperaba a su padre, al cual tenía durante ocho meses y su hermano cuatro.

Cosa rara en mí, le he dicho que mi situación es muy parecida, y que es verdad, que a mi me pasó igual, que volví con una ilusión desmedida por recobrar algo que ya se fue y que nunca volverá.

Le pregunté que si le gustaba leer, que tenemos en el barrio una biblioteca y un club de lectura, no le dije, que yo he tenido que dejar de ir...también le he hablado de las clases de Tai-Chi, a las que no puedo ya asistir. Parece que le ha gustado lo del club de lectura. Me ha preguntado si yo iba y le he dicho que no puedo, sin entrar en detalles.

Le he dicho que si le gustaba Internet, y parece que le he nombrado algún plato de comida china, dice que su marido, si, que se queda hasta las tantas viendo películas...me he imaginado que películas, que mala soy!!!!

Seguimos hablando, me sentí muy cercana a ella, ambas estamos solas en una gran ciudad, los amigos ya no están, hacer nuevos es muy difícil, y la soledad pesa, ella me decía que se lleva bien con su marido, pero echaba de menos una charrada entre amigas, risas...estuve a punto de quedar con ella, para vernos, pero luego me dí cuenta que no puedo hacer planes...le dije que suelo pasear por el paseo, que cuando nos veamos, hablamos, me sonrió y miró el reloj, tenía que irse, su marido la estaba esperando en algún sitio en el que habían quedado.

Volví a casa pensando en ella y en mí. Casi dos años en mi querida Zaragoza, tantas cosas que quería hacer tantos planes, tantas cosas pendientes durante estos años, tanta gente que no veía, y todo se ha quedado en casi nada...

Cuanta ilusión perdida, cuanta desilusión asumida!!!!!.

Es verdad que mi estado de salud me permite pocas licencias, pero esto es otra cosa. La soledad que se siente en una ciudad es grande, cerramos la puerta de casa, echamos los cerrojos, miramos por la ventana, vemos pasar a la gente, observamos las luces de las casas, es un ejercicio que me gusta sobre todo en mis noches en blanco, hay alguna ventana donde la luz no se apaga en toda la noche...me siento acompañada de una forma extraña, me gustaría saber que siente esa persona en esas noches que tan largas se hacen...pero eso queda para la imaginación.

Agradecer una vez más a mi querido patio por la compañía que me hacéis, y por hacer mis días menos solitarios y más llevaderos, sin vosotros y sin mis libros, todo sería mucho más duro.

Tan duro como lo que me había contado esa señora que había vuelto a su querida ciudad con tantas ilusiones como las que yo traía conmigo.


domingo, 3 de noviembre de 2013

LA MALA EDUCACION-II

 

Al hilo de un artículo de Elvira Lindo, que pongo debajo de este texto, he pensado mucho en él.

Hace años que no voy a casas donde hay niños, pero en el tiempo en el que El Zaguán, estuvo abierto, me vi en varias situaciones “comprometidas” por el mal comportamiento de los hijos y las risas y contemplaciones de los padres...

También una pareja que nos visitaba con cierta frecuencia, si hubiera sabido que preferíamos que no entraran en el local, no se lo hubieran creído, dos gemelas, 4 años, chillando, gritando, maleducadas hasta decir basta, con un padre que las cría, por no tener trabajo, pero que no las educa, no sé si es porque él no tiene educación, y una madre que se siente culpable de no verlas y cuando esta con ellas, son el Universo, esas niñas valían para un estudio de como no deben de ser los niños.

Ahora puedo hablar, dirán algunos, porque tengo mis hijos mayores, pero una cosa es cierta, mis hijos se han comportado siempre bien, en público, quizá solos en casa, uno se relaja, pero jamás me han avergonzado, siempre les decía si me llaman del colegio por malas notas, habrá que esforzarse mucho más, pero si me llaman por mal comportamiento, va a ser tal la vergüenza que me vais hacer pasar que no sé como voy a reaccionar, sentiré que mi confianza en vosotros a desaparecido, dejaré de defenderos, como así ocurrió, que tuve de defender a mi hija de un profesor que no hizo bien su trabajo. Pero siempre con la verdad y con la razón y con testigos de que mi hija nunca y digo nunca le dijo nada, siendo que bien podía haberlo hecho porque ya era mayor, pero le dije: a ese profesor, le voy a decir YO delante del claustro lo que le tengo que decir, para que a ti no se te ocurra decirle nada.
 
Hay situaciones en la vida con niños en los que nosotros como padres sabemos donde podemos ir, he dejado de entrar a restaurantes porque eran demasiado “serios” para ir con niños, he acudido a exposiciones de cuadros desde bien pequeños para que se acostumbraran a respetar las filas, a esperar tu turno, a no tocar nada, a no pararte demasiado, porque si no, molestas a los demás, son pequeñas cosas que van haciendo un gran bagaje que es parte del que necesitan para ir marchando solos.

No hay niños pequeños ahora en la familia, pero como gran observadora que soy, me siento en el paseo y veo a nietos convertidos en verdaderos tiranos con los abuelos, exigiendo, peleando, pegando patadas, y ellos aguantando como pueden la rabieta del nieto...pienso que ahora hay un gran numero de abuelos que están con sus nietos, más del tiempo “normal” por lo tanto deberían no solo cuidarlos si no educarlos, pero claro, educar, no es fácil, decir NO no es fácil, y no es su tarea, pero tenia que haber más conexión entre padres, abuelos y niños para que ellos, los niños tengan unas reglas y se cumplan.

Cuando a mi casa venían niños, tenia que “recoger” muchas cosas, pero cuando yo he ido con mis hijos a otras casas, me he encargado de que no tocaran lo que no debían, los dueños de la casa no tienen que aguantar que los padres se crean que tienen una maravilla de niño, y que gracia hace cuando tira la comida por el sofá o la bebida o toca todos los objetos de decoración, los miran con adoración, como si eso fuera lo mejor que pueden hacer por ellos, o cambian o flaco favor les están haciendo, esos niños, se convertirán en adolescentes sin normas y eso lleva a delincuencia, no quiero ser catastrófica, pero es lo que estoy viendo, observando.

Os pongo otra entrada de mi blog en el que explico algo que paso con unos padres y una conversación con un cliente.
 
 
 
 
 
LA MALA EDUCACION-I