jueves, 26 de diciembre de 2013

CUANDO TERMINA EL AÑO




No sé que pasa en estas fechas que parece que hagamos un repaso de lo que ha sucedido en el año que esta a punto de terminar y vemos lo que ha pasado, lo que no, lo que esperábamos, lo que no ha sucedido, lo que sí, todo, con la ventaja de que el tiempo nos permite “ver” lo pasado.

Nunca me hago propósitos de año Nuevo, he aprendido a vivir al día, es lo que tenemos, no puedo pensar en planificar nada y no lo hago.

Este año que esta a punto de acabar, en el aspecto de los derechos que hemos perdido, ha sido desastroso. No quiero citarlo, no es un discurso político, es un clamor popular, que cada vez tenemos menos de todo y peor calidad de servicios esenciales.

Los crónicos hemos sufrido lo indecible, en mi caso, un inexistente control, que me ha llevado al estado en el que me encuentro. Solo espero que a partir de ahora, vean en el Servicio que no a todos los enfermos nos pueden ni nos deben tratar igual que no es lo mismo Artrosis que Artritis y más cosas que no debo de decirle al médico especialista, que se supone que él las sabe, aunque en mi caso, hasta ahora, no lo ha cumplido, pero él se exime de responsabilidad alegando que el sistema ha cambiado...

Los hijos siguen sin trabajo, manteniendo las esperanzas, porque si se quedan sin eso, perderán todo. Siguen saliendo a la calle a reclamar lo que por derecho les corresponde, no sabemos si en el próximo año nos meterán a alguno de nuestros hijos en la cárcel por hacerlo, como ahora va a estar prohibido casi todo...

Durante este año en mi querido patio, sin el cual mi vida sería tan diferente, se ha ido gente, por decisión propia, otra, la menos, porque lo he decidido yo, y he encontrado a nuevas gentes de lugares diferentes que es de lo mejor que me ha pasado en el año, gracias a todos vosotros por hacer mis días mucho más llevaderos.
 

Un año esta a punto de irse y otro por venir, con todo por vivir, espero y deseo que sea bueno para todos y que podamos estar todos juntos en el próximo cierre de año, por los menos los que ahora estamos.

En este año he comprendido el poco valor que le dan muchas personas a la amistad, a los buenos gestos, a la familia, y lo que les gusta y disfrutan con el mal de los demás. Nunca tengo malos pensamientos hacia nadie, solo les recuerdo una frase, que no siempre se cumple pero...”Recogerás lo que siembres...”

Con mis mejores deseos para todos los que hacéis el camino conmigo, os deseo un FELIZ AÑO 2014. Y para los otros, también. Vivir amargados y con resentimiento no es bueno, yo vivo enferma, ya tengo bastante no quiero llevar más carga, por lo cual solo quiero buenos deseos para todos, para los que lo merecéis y para los que hacéis un daño gratuito irreparable.


 

jueves, 19 de diciembre de 2013

NO ME GUSTAN LAS NAVIDADES


 

Es así de claro, no me gustan las Navidades, cualquier otra fiesta del año me da más o menos igual, excepto los cumpleaños que siempre son fechas que me gusta celebrar por lo que significan, un año más junto a los que queremos.

No me gusta divertirme por decreto. No soporto las películas maravillosas que reúnen a familias que se adoran y solo quieren estar juntos en Navidad.

A mi me gustaban las navidades cuando era pequeña, cuando jugaba con mis primos mientras los mayores preparaban las cenas y comidas, y luego cantábamos y acabamos dormidos en los brazos de tu madre o tu padre o dejado con suavidad en alguna cama, hasta la hora de irnos a casa.

Pero luego al crecer y dejar de reunirnos porque la Vida te va separando, y pasan las fechas tan supuestamente familiares y ni siquiera una llamada de teléfono se produce y si lo hace, es pura cortesía...no vale.

Luego al ser yo madre, volví a reencontrarme con la Navidad, por los niños, llevarlos al Belén, ver las luces, comer y cenar con los abuelos, vivir a través de sus ojos, la ilusión de sacar los adornos de navidad e ir colocando las figuras del Belén, los adornos del árbol, las luces en las ventanas, todo lo que lleva el teatro que hacemos los mayores para que los niños crean en la magia de la navidad. No sé si hacemos bien, porque luego al crecer, se encuentran con la realidad, pero por lo menos les hemos regalado unos días de fantasía, qué tiempo tendrán de crecer y ver la realidad.

Ahora la mayor realidad es que cada vez hay más padres separados, los hijos, comen con uno o cenan con otro, eso, si te llevas medianamente bien, y no le pones al otr@ una denuncia para fastidiar, que también se hace.

Familias que no se hablan, algunos, muchos por malos entendidos y por tonterías, que todos los días del año duelen sus ausencias, pero estos días, por todo lo que vemos alrededor, duelen un poco más. Y piensas otro año perdido...otro año sin ellos.

Y debemos pensar que mientras hay vida hay esperanza de recuperar a la familia, porque luego, ya, todo se acabó, solo te quedará pensar en si hubieses actuado de otra forma, pero ya será tarde.

La mayoría de los chicos al crecer, cenan y salen deprisa con sus amigos, ha seguir la fiesta fuera de casa, no digo que este ni bien ni mal, pero sentarse en el sofá a ver una película, pues ya lo hacen algún fin de semana, en navidad tienen planes mejores.

La nochevieja, ni te cuento, ya no ves a nadie, todos de fiesta y el día de Año nuevo, todos durmiendo, se levantan a las siete de la tarde con una cara horrorosa y peor genio. Con ese panorama no quedan muchas ganas de celebrar nada.

Cada vez hay más gente que escucho que no le gusta la Navidad.

No hablo de nada referente a la parte religiosa, con la que soy tremendamente respetuosa.

Estoy en contra de gastos, compras, anuncios, música atronadora de villancicos cuando entras a comprar, incluso el pan, desde hace casi dos meses, al final van a poner las luces y la música en agosto.

La crisis empuja a pensar si tienes dos dedos de frente, en las miles de familias, en las que no tendrán ni cenas ni comidas especiales, y sobre todo lo que más me duele, un regalo para sus hijos, cuando vean a muchos otros niños con sus nuevos juguetes o lo cuenten en el colegio, es muy cruel, terriblemente cruel, estas fiestas convertidas en un carrusel de gastos y celebraciones.

Espero que cada uno las disfrute como mejor quiera o pueda. En mi caso, mis hijos cenaran con nosotros, echaremos en falta a quienes no están, mi querido padre que vivía estas fiestas, siempre, con la ilusión de un niño, le encantaba cualquier motivo para sentarnos a la mesa y cantar.

El año pasado con lagrimas en los ojos cantamos unas rancheras pensando en él, porque él no querría que dejáramos de cantar.
 
 
 

domingo, 15 de diciembre de 2013

AGRADECIMIENTO A LOS LECTORES DE MI TINTERO

 

Cuando empecé este blog, gracias a Antonio, nunca pensé que sería leído por nadie y mucho menos, los comentarios que ha suscitado.

Para mi, son entradas desde el corazón, tal y como me salen, sin añadir ni quitar una coma.

Este blog es una de las alegrías de mi vida, algunos de vosotros me comentáis que sé trasmitir, me enorgullece, ya que desde pequeña he escrito y nunca nadie había leído nada mio.

Hacer lo que hago en alguna entrada, es duro, fuerte, me “desnudo” ante el que me lee, pero vale la pena, cuando recibo mensajes de personas que me dan las gracias por poner voz a lo que ellos sienten y o no se atreven a decir o no quieren o no saben.

Las entradas sobre las enfermedades, no son para llamar la atención o dar pena, nada más lejos de mi intención. Un día decidí dejar de mentir, de fingir que estaba bien y me llamé: enferma y puse voz sobre todo a la enfermedad que padezco que evidentemente es la que más conozco, pero me hablan muchas personas de muchos lugares del Mundo, con otro tipo de enfermedad y me dicen que les gusta como escribo, no hay mayor orgullo para mí. Por eso y por todo, muchas gracias, a todos.

Sinceramente, ver que tengo más de 10.000, visitas, es extraordinario.

Os doy las gracias, mil gracias por leer el Tintero y por hacer que mis escritos lleguen a donde nunca hubiera imaginado que llegarían.

Gracias.
 
 
 
 

martes, 10 de diciembre de 2013

¿SANIDAD?...OTRA DECEPCION MAS.



Entro en la consulta de la medico de cabecera y me dice: mal, muy mal, ¿Que te digo lo primero?. Le contesto, que primero me diga lo que es peor...

Después de tres meses sometiéndome semanalmente a una dosis de quimioterapia, que tiene otro nombre, para que mis articulaciones, un pulmón y el corazón se desinflamen, estoy peor que cuando empecé el tratamiento.

He he estado tres meses con unos efectos terribles en mi cuerpo, ya no solo físicos, engordar, caerse el pelo, que también, si no, otros mucho, mucho más graves, no ha servido de nada, excepto para sentir otra decepción, y van...

No sé si es porque ha cambiado el departamento de Reumatología del Hospital Clínico de Zaragoza, no sé si es porque el Reumatólogo que me “ha tocado” no le da tiempo de leer mi historial clínico que es muy grande, no sé el porque, es la crisis, es que no es buen médico, no lo sé. Solo sé que pasado un año sin visitarme tuve que ir y presentarme en el departamento sin cita y tener que gritar, yo no, no podía. Luego todo fueron corridas, pruebas, y una medicación que ya le dije que hacía nueve años no me había ido bien. Hizo oídos sordos, un médico que no escucha a su paciente no es un buen médico, el puede saber mucho, pero si yo no le digo como me siento, como estoy, de poco le vale lo que ha aprendido sobre los libros.

Tenía que hacerme las pruebas mensualmente durante los seis primeros meses, me dijo que me las haría en tres meses, mentira, nos vamos a cinco meses, sin pasar por Reumatología.

Como mi medico de cabecera se preocupa mucho por mí, porque sabe que no estoy bien, que estoy mucho peor de lo que creo, me hace controles cada mes, por su cuenta, porque nadie se lo ha mandado, pero no puede hacerme todas las pruebas ya que solo se pueden solicitar a través de un especialista.
Ahora tengo que decidir yo sola, dejar la medicación que llevo hace tres meses y me quedo en un vacío de medicamentos como estaba antes...Mi medico me dice que ella no puede retirarme la medicación que me receta un especialista. Es mi decisión solo mía, pero ¿Y la responsabilidad del médico que me la recetó? Donde empieza y donde acaba...es un misterio, solo sé que soy yo quién sufro las consecuencias.


Conclusión: llamo al departamento de reumatología, le digo a la administrativa que necesito hablar con el doctor que me lleva y me responde: que si se dedicara a atender al teléfono no podría atender a los pacientes que SI están citados y esperan en la sala. Hasta aquí, vale, puede ser, porque a mi en más de veinte años en ese servicio, siempre me han atendido, porque cuando he llamado es que estoy MUY mal. Le digo a la señorita que le pase el recado al Doctor, no me dice ni que sí ni que no y me cuelga, debía de tener mucho trabajo...

En enero, a más de la mitad de mes, tengo cita, no tengo confianza en ese médico, que hago, ¿solicito uno nuevo? ¿Pongo otra reclamación?

Me siento mal, por mi enfermedad y por la desidia de los responsables de cuidar de mi salud, no sé de quién es la culpa, solo sé que soy el resultado de un trabajo mal hecho.



 

lunes, 9 de diciembre de 2013

AUSENCIAS A TRAVES DE LA VENTANA




Ausencias, sí. Desde que vivo en Zaragoza, pronto hace dos años, uno de mis pasatiempos es mirar a través de las ventanas del piso, no es alcahuetear, es observar, ver a la gente, a veces sentirme acompañada y a veces muchas, dejar soñar mi imaginación e imaginar la vida que llevan a través de las ventanas.

Desde que llegué aquí, he tenido una compañía en mis noches en blanco, a la hora que te asomaras a la ventana, enfrente tenías una luz encendida y un hombre sentado en un sillón, leyendo, siempre lo he visto solo, y me sentía más acompañada, a veces pensaba, hoy tenemos los dos una mala noche o una buena...a lo mejor esta tan absorto en la lectura, que si es como mi caso, que no trabaja, ¿Porque dejarlo?, ya dormirá cuando tenga sueño.

Desde hace dos meses esa luz se ha apagado, la busco, la observo, pero las ventanas están completamente bajadas. Al principio pensé que dormía mejor...luego empecé a echarlo de menos durante el día, no subían las persianas...pensé que como casi todo el mundo tiene un pueblo, que se había ido al pueblo, lo espero con ansiedad cuando me asomo por la noche, pero no, no vuelve, ahora esta acabando el puente y su luz sigue apagada y las persianas cerradas.

No quiero imaginar nada, quizá se ha ido del piso, pero nunca sabrá lo que lo extraño en mis noches en blanco, cuando voy y vengo, me asomo y miro y lo veía leyendo, tranquilamente, ahora mis ojos se van a esa ventana y no me devuelven nada, solo oscuridad.

Otra ventana que me atrae es una en la que todo el día estaba una señora, mayor, sentada en su mesa camilla con faldas rosas, nunca la he visto levantada, siempre sentada, pero muy de mañana ya estaba en la ventana viendo pasar la vida, la gente, mirando a las otras ventanas, siempre con la prensa en la mesa y un libro, hasta que la noche llegaba y sin darme cuenta las persianas ya estaban bajadas.

Este verano, la eché de menos, pensé lo mismo que en el otro caso, que se había ido de vacaciones, pero el verano pasó y ella no ha vuelto, estamos a punto de llegar al invierno, y no se han vuelto a subir las persianas.

Tampoco quiero pensar lo que le ha pasado. Me niego.

Debo decir que paso mucho tiempo en casa, a veces días, y uno de mis pasatiempos es asomarme a la ventanas. Estas dos ventanas me hacían compañía, la del hombre, en la noche y la señora todo el día, fueras a la hora que fueras, siempre estaban allí.

Una de mis películas favoritas es “La ventana indiscreta” de Alfred Hictchcock, de 1954, con la diferencia de que lo que escribo y siento no es cine, es verdad, y siento una soledad extraña cuando esas dos ventanas, siguen sin luz. Debo decir que no empleo prismáticos.






Alfred Hitchcock dijo una vez: «Si usted no experimenta un delicioso terror cuando vea La ventana indiscreta, entonces pellízquese... Posiblemente esté muerto.»

«La ventana indiscreta» era una de las películas favoritas de Hitchcock.

El argumento es muy sencillo: Un hombre inmovilizado (James Stewart) observa a sus vecinos a través de la ventana de atrás de su apartamento para pasar el tiempo. Se siente fascinado por uno de

los departamentos en especial, hasta que lentamente se da cuenta que su propietario ha matado a su mujer. Lo que sigue es cómo el protagonista convence a los demás inquilinos de que ha habido un asesinato, y luego hacer que el asesino sea atrapado, pero no antes de que éste trate de matar otra vez. Sin embargo, en manos de «El maestro», una simple línea argumental se convierte en un cuento humorístico y macabro capaz de jugar con las emociones del espectador con sólo un movimiento de cámara.

Hitchcock ha sido siempre un «voyeur», su cámara una tlsgana (los ojos del público). Con «La ventana indiscreta» explota una debilidad nuestra, que es enterarnos de lo que hace el vecino...

Para el director representó la extraordinaria oportunidad de tener todo un film visto desde el punto de vista de un personaje y que abarcase un solo y gran plató. En cuanto al público, le dio la oportunidad de hacer algo que muchos habrían querido: Ser los «voyeurs» y espías de sus vecinos.