martes, 11 de febrero de 2014

UN ALMA SENSIBLE




Hoy después de varios días sin salir casa, me he aventurado bajo una fina lluvia a dar un pequeño paseo por mi manzana, aún no llego a otra.

La crisis ha hecho que queden solares, donde hace unos años había unas parcelas de dos plantas y un pequeño jardín, que compraron, probablemente especulando para hacer un bloque de pisos, pero en estos tiempos, se ha caído el cartel de la venta de pisos y ahora quedan una vallas altas en las que se adivina por debajo hierbas.

Por allí entran y salen gatos, gatos callejeros, que a veces ves cruzar fugazmente, es curioso en la Ciudad, ver gatos callejeros, pero es un habitante más.

Delante de nosotros iba una señora mayor, que se ha parado en la valla y con problemas, se ha agachado y ha dejado un puñado de pienso para gatos, y nos ha dicho que lo hace diariamente, que le hace duelo que no tengan que comer...y que hoy llovía, tenían agua, pero en verano, también les lleva agua diariamente.

Me ha parecido de una sensibilidad aplastante, en esta jungla donde no nos saludamos en el portal, donde subimos en el ascensor sin decir ni buenos días o buenas noches, nosotros, no, pero la mayoría, sí. Ver que una señora repara en esos animales libres, que me ha llegado al fondo.

Ha merecido la pena mi pequeño paseo por conocer a esta señora y ver su gesto y sobre todo, apreciarlo en lo que vale. Gente como ella queda poca, pero queda.

Solo observo un detalle: es una señora mayor, la gente más joven probablemente nunca hará ese gesto...

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