domingo, 9 de marzo de 2014

MADRES, NO TODAS SON IGUALES



Se presupone que por ser madre, ya eres lo mejor y lo más, y no es así. Hay mujeres que no saben querer a sus hijos, aunque sean madres.

Cuando el egoísmo hacía sí misma prima más que el bienestar de sus propios hijos, no es normal, no lo entiendo por normal.

Cuando hace la vida imposible a sus hijos, inventando enfermedades, mintiendo, haciendo daño, no es normal.

Cuando una madre no le pregunta a sus hijos, como se encuentran, no es normal.

Cuando una madre “paga” da lo que tiene y no, material, pero no sabe dar un abrazo, un beso, una palabra amable, no es normal.

Cuando te exige que le hagas cosas, cuando te echa de su casa, cuando te reprocha lo que has hecho, según su criterio, no es normal.

Cuando lo único que importa es su voluntad, no es normal.

Y digo que no es normal, porque quiero creer que esas madres, tienen algo que no es normal, no sé donde, en que parte de su cerebro, para no comportarse con sus hijos como la haría una madre, incondicionalmente, sin reproches, ayudando, aunque sea sentada, cogiendo la mano del hijo que te necesita y hablándole, no reprochandole.

Y no me vale decir, que se hacen mayores, han sido siempre así. Los hijos han salido de su casa, casi huyendo, pero por circunstancias, vuelven y cuando no estaban con ellas, los reproches eran continuos porque según ellas, estaban abandonadas, pero ahora están acompañadas y los reproches y las malas caras son continuas.

Cuando estas madres, prefieren verte sola, diría que incluso enferma, para que no salgas, para que te quedes en casa y si en algún momento dices algo, enseguida te dicen, que ellas tampoco salen, y si dices que te duele algo, a ellas les duelen más cosas y más.

El egoísmo es tal que duele, que una madre siga haciendo llorar a unos hijos, no tiene nombre.

Por eso hace muchos años, recordando a una madre de estas, una persona muy querida por mí me dijo: no esta bien, porque si estuviera bien no actuaria de la forma que lo hace.

Y sigue haciéndolo.

Dolor, incomprensión, rabia, impotencia, necesidad de sentirte amado por tu madre, algo que siempre llevan esas personas que han tenido como madre a quién las ha criado pero no han querido, y eso lo notas desde muy pequeño, notas que no te quieren, que no te besan que siempre te van a dar un tortazo, o un insulto, que van a aprovechar una reunión para ridiculizarte, que cuando creces, van a querer cortar tus alas, no les importa dejarte herida, siempre que hagas lo que ellas quieren.

Es tan doloroso ver que no te sabe querer una madre, que solo quién lo haya sentido lo puede imaginar. Ver todos los días en sus ojos la indiferencia e incluso el odio.

Y encima saben disimular, ante los demás presumen de ser unas madres amantisimas, entregadisimas, y poco entendidas y queridas por esos hijos que han sido maltratados una y otra vez por ellas.

Porque se habla mucho del maltrato, pero del maltrato de una madre, poco, porque quiero creer que no hay muchas madres que lo ejercen, no quiero decir que no quieran, quiero decir o sentir, que no saben querer a sus hijos, y si a ellos no los saben querer, no quieren a nadie.
 
 
 

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