viernes, 27 de abril de 2012

LA ACTITUD EN LA CALLE


Hoy por la mañana, dando mi paseo, esta vez acompañada por mi fiel amigo Ibón, tranquilamente, y oigo muchas veces, gritos, de una señora no muy mayor, increpando a otra señora que conozco porque también tiene un perrico y pasea por el barrio, los que tenemos perro, nos socializamos más en la Ciudad, nos paramos y mientras nuestros amigos se olisquean, nosotros hablamos, de la edad que tienen, de su genio o del tiempo que hace...muy curioso, en una Ciudad, que si no fuera por los perros, no nos diríamos ni hola, pero al final acabas conociendo al dueño de tal o cual perro.
Bueno los gritos procedían de la mujer, que conforme nosotros, Ibón y yo, nos acercábamos, eran más claros, y cuando me a visto a mi, o mejor (peor) a Ibón a empezado a insultarme, en plural: que si todos los dueños de perros sois unos guarros, marranos, que estoy hasta los c...... de aguantaros, que huele la calle a perro, y nosotros y que asco...y más cosas, yo no daba crédito...no soporto los gritos, me aterran, me dejan paralizada, la otra señora, la del perro, le decía no si ya la conozco a usted, que es una amargada, eso es lo que...la señora será una amargada, pero iba de peluquería, un bolso de marca, joyas, iba completa, pero la lengua la tenia muy sucia...bastante más que el culo, con todas las palabras, de mi perro.

Yo no le he dicho nada solo he sacado las bolsas de basura, para recoger excrementos, que siempre nos acompañan a todos los que sacamos a Ibón...y le he dicho: perdone, lo que mi perro mancha, yo lo recojo, y a usted solo le queda hacer, llamar a la Policía, y denunciar a la persona que vea que no lo hace, porque si vuelve a insultar en la calle a gritos, la que llamará a la Policía, por insultos y amenazas seré yo.

Lo que a querido oír, entonces a mediado un señor, que por un revés en su vida, se ve “obligado” a estar en la puerta del Mercadona, a merced de lo que pueda sacar, un señor educadisimo y correcto, que mi padre, lo apreciaba mucho, porque hablaba con él, y le contaba su vida, y cuando mi padre ya estaba mal le ayudaba a entrar y salir, ha salido en “defensa” y le dice a la señora de la mala lengua, y buenas joyas...: oiga, les esta insultando a dos de las personas, que la conozco porque estoy todo el día aquí, que siempre recogen las “cacas”, hombre no se enfade, mira: se a vuelto hacia el señor, y lo a puesto: y tu, que das asco, quitate de aquí que te tenían que encerrar que da mala gana verte, con un desprecio, hacia una persona que la vida a tratado tan mal, pero que sigue guardando su dignidad, siempre va limpio, muy limpio aunque su ropa sea muy humilde, yo sé parte de su historia, y podría escribir un libro, triste, muy triste.

Entonces si que la gente que salia del M........, se le a echado encima a la mujer...porque este señor es muy apreciado en el barrio, ya son varios años que esta en la puerta, y ahora con la quimioterapia, y todo, allí esta, en la puerta, que lastima, por Dios, que injusticia, que dolor...

Me he subido a casa, porque llevaba los ojos anegados por las lagrimas, no puedo con las injusticias, con los malos modos, con la prepotencia, con el desprecio hacia los demás.

Luego más tranquila he vuelto a bajar, le he dado las gracias al señor de la puerta, no le he dado nada, no quería que el hombre se sintiera ofendido, porque hay veces que le vas a dar y dice, no, que hoy ya tengo para comer...y me he metido a comprar, cuando he salido, llevaba un poco de comida para el señor, pero ya no estaba, espero verlo mañana porque por las tardes desde que lleva el tratamiento no esta.


Y ahora, otra situación en la misma calle, una hora después.

Estaba en la caja haciendo mi fila, colocando la cosas, y he visto a una señora, que iba detrás de mi, y me he fijado en sus manos, manos artríticas, seguro, he pensado. La señora con bastón, pelito muy corto, cojeaba bastante, y sus dedos sobre todo los de la mano izquierda, completamente deformados, y me he fijado, que el codo tampoco lo doblaba...enseguida he empatizado con ella, sabia el dolor que le estaba produciendo el colocar las cosas en la cinta, y cuando he terminado de recoger las mias y he pagado, me he esperado y la he ayudado a poner las cosas en su carro.

Entonces la señora me a mirado, me a dado las gracia y me ha dicho, también usted tiene Artritis, verdad? Ahora me doy cuenta de sus manos, y también lleva bastón, pero es tan joven...

Hemos salido juntas del establecimiento y hemos hablado un poco en la puerta, la señora tiene Artritis desde los 38 años, ahora tiene 67, una operación de cadera, de la que no a quedado bien, normal, y sobre todo tanto miedo a la incapacidad, a la silla de ruedas, a depender de los demás, que con lagrimas en los ojos me a dicho, a poco que pueda, salgo, porque si no me quedaría invalida, y no puedo ni quiero, pero estoy tan sola, este dolor no lo entiende nadie...no puedo decírselo a nadie, poco a poco voy viendo como voy dejando de hacer lo que antes podía...

Yo le he dicho que la entendía que sabia de su dolor, porque también llevo muchos años enferma, y que también tengo días,muchos, en los que no puedo salir de casa, pero a poco que pueda, hago como ella, a la calle porque mi miedo es su miedo, la invalidez, la silla de ruedas, depender de alguien para todo...

La señora que vive a dos calles de la mia, me a dicho toda presumida, ahora llevo el pelito muy corto porque no puedo peinarme, y le he dicho miré, mi melena también se ha ido, pero eso es lo de menos, usted es como yo, lleva sus uñas pintadas, y porque no? Yo también me las pinto, aún con mis dedos deformados, por lo menos, mientras pueda, ella ya no podía, pero se las pintaba su marido...Tenia tantas ganas de hablar y al ver mi comprensión en mis ojos y mis palabras, me dice: tienes Internet, le digo sí, y me dice yo también y ahora he leído la dieta del perejil, he hecho la del vinagre, la del...la del...y nada nada me arregla, le he dicho, nada nos puede arreglar, solo confiar en nuestros médicos y esperar que los tratamientos lleven su curso, la señora acababan de detectarle una úlcera de estomago y estaba muy preocupada, yo le he contado mi experiencia, que hace ya muchos años que la tengo y salvo algún episodio que se “altera” no he tenido que dejar la medicación. Nos hemos enseñado las tobilleras que llevábamos las dos, y yo le he dicho que desde mi último “brote” hace tres semanas también llevo un corsé, porque mi espalda no me tiene.

Le he dicho que si tenia facebook, la señora le ha sonado a chino...le he contado que si su hijo se lo puede hacer, encontrará una cuadrilla maravillosa, que a mi tanto me ha ayudado y me ayuda, porque sé que cuando digo lo que me duele ellos saben que se siente, cuando digo que estoy agotada, no tengo que pedir disculpas por estar cansada, porque ellos están como yo.

Ella me a dicho que ahora que viene mejor tiempo nos veremos por el barrio, por mi calle, porque viene a comprar aquí, y que si me puede hablar y contar, que no quiere ser pesada, y le he dicho que será un placer pararme y charrar lo que quiera, la soledad y la incomprensión es tan mala, y yo la he sentido en mi piel tanto, que la llevo tatuada.

Nos hemos despedido con un beso que la señora me ha pedido, y que a sido un placer dárselo.


Dos actitudes en una misma calle.

1 comentario:

RocÍo Herrera dijo...

Que bonito Isabel, aquí me tienes aguantando los lagrimones. Soy una persona, dirán que ingenua, que pienso que hay más bueno que malo, pero que puñetero es esto último, lo que cunde...

Un besico.